Joe Dante y el 3D
Joe Dante ha estrenado MIEDOS 3D (vaya titulito en castellano, uf...), una propuesta que evoca el terror ochentero, muy de videoclub Escribo sobre ella AQUI, en Cine365, donde hace poco también le tocó a SPLICE, otra cinta fantástica (crítica pinchando AQUI), y no avisé por estos lares. Aprovecho para rescatar unas palabras de Dante donde habla del 3D formato que me tiene contento, según ya bramé AQUI.
Está claro que la tecnología ha avanzado mucho, y ahora es siempre digital, lo que elimina los problemas de duplicación, los proyectores mal sincronizados y las dificultades de iluminación que antes provocaban dolores de cabeza.
Ahora, el proceso es muy bueno, pero sigue siendo aparatoso —explica el director—. La cámara es más grande que una normal: aunque empleamos cámaras digitales, todavía tenemos que lidiar con una cámara bastante voluminosa. Pero no tanto como la de 70 mm que utilicé en Haunted Lighthouse, que era una monstruosidad. Hacían falta muchos operarios sólo para empujarla por la dolly, y tenías que poner bucles por todas partes porque hacía demasiado ruido. Ahora ya no es así, pero sí que tiene ciertas limitaciones.
Hay limitaciones con las lentes y hay limitaciones con el movimiento. La iluminación tiene que ser muy específica. Hay muchas más luces y la marca de foco es mucho mayor de lo que sería normalmente. Además, y debido a la alta definición digital, el enfoque es tan sensible que las pequeñas fluctuaciones de enfoque que no notarías en una película normal pasan a ser bastante patentes. Por eso acabamos teniendo que hacer más tomas, y las ubicaciones de luces llevan más tiempo.
En cuanto al rodaje en 3D, Dante precisa: Básicamente estás añadiendo una flecha más en tu carcasa de cineasta, que es la profundidad. Lo que intentamos hacer aquí es hacer que el aspecto tridimensional sea parte de la historia, para que no se limite a los típicos trucos 3D.
Te da nuevas herramientas narrativas —añade Dante—. Y este proyecto es mucho menos agresivo que muchas de las películas de terror en 3D. No hay corazones clavados en estacas, apuntando al público.
En realidad es un intento de seguir un planteamiento más del estilo de Crimen perfecto. Fue una de las últimas películas en 3D, y se proyectó en muy pocos sitios en 3D.
Esta película pretende ser una experiencia de inmersión —concluye Dante—, en la que el 3D te mete en la historia en lugar de recordarte constantemente que estás viendo una película.