de frenar la violencia

Hoy es un día triste, a las puertas de 2007.

Se intercalan en los telediarios las imágenes de la ejecución tercermundista de Sadam Hussein, mientras otros hijoputas iguales o mayores que él sonríen felices, con el atentado de Barajas, un insulto a la esperanza, una pedorreta a un gobierno torpe e incapaz, una palmadita en la espalda a una oposición siniestra que ahora tiene argumentos para seguir tocando los cojones.

Si el Capitán Trueno pudiera venir nuestras cadenas saltarían en mil, monstruos gigantes, princesas encantadas, el malo siempre palma, la chica se salva. Ven capitán Trueno, haz que gane el bueno. (Asfalto)

Me gustaría que la gente se comportara de una manera más viva. El otro día vi a unos cuántos esperando en la puerta de Ikea. Es lo que hace moverse a la gente: un sillón de cuero barato

Lo ha dicho Jarvis Cocker en una entrevista reciente. Unas palabras concisas que aplaudo con algarabía. Mañana sonará PULP en la fiesta del FEVER

Calles humeantes superpobladas por vehículos imposibles, edificios de plástico con forma de caja de cereales y seres inquietantes con cara de odiarse a sí mismos arrastrándose entre anuncios japoneses que vigilan de cerca. ¿Sueñan los humanos con ovejas clonadas?

Basura en cantidades industriales. Comida prefabricada, drogas de diseño y chips implantados en tu cerebro. Un gato con dos cabezas que fuma cigarrillos compulsivamente y un hombre desquiciado que quiere hablar de la verdad en un mundo lleno de mentiras. Hablamos de la serie Transmetropolitan, imaginativa e insolente, cuyas estridentes viñetas presentan un mundo futuro donde sólo se reciclan las mentes, las vidas y las ideas. El reputado guionista Warren Ellis es el amo de la función. Su mente ha parido a un personaje inadaptado que, tras huir a las montañas en busca de paz, vuelve a la ciudad para solucionar algunos asuntos profesionales. Spider Jerusalem ha regresado para quedarse. Lo suyo es el periodismo de trinchera, escarbar en la mierda y escupirla golpeando el teclado de su portátil. El cráneo rapado, el cuerpo tatuado y mucha mala leche, esas son sus señas de identidad. Armado con la palabra, estimulantes inimaginables y una pistola que produce alteraciones en el aparato digestivo (¡oh, cielos!), su misión es escribir una columna incendiaria con el propósito de agitar las conciencias desde un periódico virtual de gran tirada. Ahí es nada. Sus métodos de investigación van más allá del bien y del mal. Reconoce a los abogados por lo que abultan las drogas en sus bolsillos y se emociona dando sermones a diestro y siniestro: “Si me amaráis os suicidaríais todos hoy mismo”. Un entrañable bastardo, cínico y misántropo, que lanza palabras políticamente incorrectas contra el sistema y salpica de nihilismo su existencia a ritmo de karaoke psicodélico.

(por cortesía de EL CORREO)

Aquellos que se creen los reyes del Guitar Hero, los putos amos haciendo el air guitar, se van a cagar cuando vean este pedazo de video. ¡Con todos ustedes los Gauchos! Acompañados a los coros por la niña de The Ring. Se me caen los huevos. Up the Irons!!!

(sin duda esta es mi canción preferida de la dama de hierro, suelo pinchar The Trooper versión puncha, lo que ha hecho que alguna vez llegue a las manos con algún fundamentalista, haw, haw, haw!!!)

Gracias a Rubén, vía Puño (pedazo de links que se marca el pollo)

Al lorito entusiastas de la juerga canalla y el despendole metafísico. No sabemos cómo andarán ya las entradas para la noche loca del 31 en el FEVER (Bilbao). Comprad, comprad antes de que se agoten, que luego vienen los agobios

Dr. Phibes Me, los genuinos Txumari Diyeis (2 Mary Djs), pinchamos cerrando la noche, unas tres horitas, suponemos que a partir de las 4 a.m. Y digo suponemos porque desde septiembre, que nos llamaron para que reservásemos fecha (me entra la risa), no hemos vuelto a saber mucho más del acontecimiento, salvo que estamos anunciados junto a los pinchadiscos residentes y un concierto de El Mentón de Fogarty (vaya nombrecito), que abrirán la noche.

Por mi parte, animaré el cotarro a base de bootlegs imposibles, donde se darán de hostias Prodigy y Enya o Nena y Rammstein, aparte de pinchar clasicazos de ayer y de hoy, freakies, no-freakies y megafreakies

Es el momento de hacer alguna petición aquí, en este rumbero blog, porque el día en cuestión no voy a hacer ni puto caso a nadie cuando esté dándolo todo ante miles de borrachos (quizás alguno de ellos, el que me atropelló en el mismo lugar el pasado sábado). ¡Prometo hacer el robot para la chavalería a pesar del esguince! ¡Y el moonwalker!

P.D.: Mi intención era despedirme de esto del pincheo el 31, basta ya de intrusismos, pero nos han propuesto pinchar también en el FEVER la noche de reyes tras el concierto de Doctor Deseo y no hemos podido negarnos

Escalofriante, compañeros

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Un homenaje heterosexual

O estoy gafado, o he venido al mundo para hacer algo importante por el bien de la humanidad, en plan 4.400. Quizás soy una pieza fundamental en la tercera guerra mundial, o alguien me está haciendo vudú del malo con algún kit defectuoso comprado por correo. ¿Soy el elegido o mis enemigos no son capaces de ahorrar lo suficiente para pagar a un buen asesino a sueldo?

Estoy bien. Estoy vivo. A lo largo de mi existencia he sufrido diversos accidentes absurdos que quedarían bien en la letra de Pánico a una muerte ridícula, la canción de Def Con Dos. He estado a segundos, a milímetros de espicharla, de palmarla, de fenecer, de evaporarme, de desaparecer del mapa…

Un ejemplo. El sábado a la noche, a la salida de la sala Fever de Bilbao, donde pincharé con el Dr. Phibes en Nochevieja y reyes, fui atropellado por un coche. Estaba de charleta con el colega Carlos Ginestá, montador de algunos de mis últimos clips, y en cuestión de segundos besé el suelo, y me quedé panza arriba sobre el asfalto como una tortuga ninja borracha, como bien cuenta AQUÍ el amigo Phibes… El coche nos pilló por detrás, estábamos de espaldas, y se fue a la fuga, en plan Farruquito total, pero les alcanzó la policía. ¡Un puto show, compañeros!

Un puto show… porque es la segunda vez que me atropella un jodido coche en poco más de un año. La otra vez fue más heavy, en una calle concurrida de Madrid, con sirenas y espectáculo gratis para los transeúntes. Lo más cinematográfico que he hecho en mi vida… ¡No le mováis! ¡Cuidado! Respira, respira…

Salí volando por encima de un coche. Todo se quedó en un esguince en la pierna derecha, y un susto de muerte. Parece que colecciono ambas cosas después del shock del saturday night fever, porque ahora tengo un esguince en la pata izquierda. De risa. Hay que reírse de estas cosas, ¡joder!

Me siento EL PROTEGIDO. Unbreakable. Soy un superhéroe. Tengo dos poderes: jamás he tenido resaca y los coches no pueden atropellarme. Lo que tiene que hacer uno para esculpir su leyenda.

Espero que a la tercera no vaya la vencida, haw, haw, haw!!!

Hoy 24 de Diciembre a las 22:40 h, cuando todo el personal está cebándose y bebiendo más de la cuenta en alegre comunidad, se emite por ETB 1 el programa sobre el último disco de Kepa Junkera que incluye mi clip de la canción Reno y trabajos de otros realizadores como Mikel Clemente, Josu Venero o Aitzol Aramaio.

Entre tanta santa caspa, últimamente se me estaba olvidando hablar de cine y cosas serias (es un decir). De hecho, ya lleva un tiempo en las tiendas este libro indispensable donde, como ya adelante en su momento, participo: DAVID CRONENBERG. LOS MISTERIOS DEL ORGANISMO. Un buen regalo navideño para todo aquel que flipe tanto como yo, o más, con la obra de este cineasta de referencia. Por mi parte me encargo de la última etapa de su trayectoria, de INSEPARABLES a UNA HISTORIA DE VIOLENCIA, dos obras magnas, y de propina un artículo sobre las conexiones cronenbergianas con el cómic (Charles Burns, Dave Cooper, M.A. Martín). Alguno igual hasta ya lo tenéis También escriben Quim Casas (editor), Rubén Lardín, Roberto Cueto

Para abrir boca, reproduzco parte de la introducción de mi texto

DAVID CRONENBERG

EL HORROR DE DENTRO DE

Al comparar la vida de David Cronenberg, aparentemente sosegada, con su visceral filmografía, plagada de demonios internos desatados e imágenes explícitas que azotan el intelecto a base de purulencia, se desvela una sensación contradictoria. Tras el semblante hierático que el cineasta canadiense luce en las entrevistas se esconde un individuo con un extraordinario sentido del humor, una mente bien amueblada que, a priori, no se ve en la necesidad de realizar ejercicios de catarsis cinematográfica para aliviar viejos traumas de infancia. Un tipo tan serio y circunspecto, capaz de retratar con su cámara la inquietud que corroe el alma humana, casa perfectamente con el ideal de artista que expulsa sus monstruos. Maquina en silencio como diseccionar nuestra existencia. Ordena nuestro caos interior y lo plasma sobre celuloide con inventivas escenas que funden la perversión y la angustia. Arroja las vísceras del terror cotidiano a los ojos del espectador, manteniendo su apariencia de hombre tranquilo y bien educado. Es un cirujano de lo imposible, de los miedos y anhelos que se agarran como parásitos a nuestro cerebro. Su cine retorcido choca con su mirada serena, enfatizándose su mensaje. Historias turbias rodadas con sobriedad. Claustrofobia.

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