cunia cine comic y otras hierbas

¡¡¡ Nuevo clip !!! Y van

Filed under: Celuloide,Music non stop el Jueves, 27 de junio

Estrenado en abierto mi último clip, del tema 39 de BRAVO FISHER!, para Subterfuge Records. Realizado por un equipo de dos personas, Nerea Mugüerza & ME Rentabilidad máxima. Y algo de experimentación. ENJOY!!!

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Otro maratón de cortos en Getxo

Filed under: Celuloide,Saraos el Jueves, 27 de junio

Sobre la escritura de cine (y más)

Filed under: Letrax,Palabrería mística el Lunes, 24 de junio

Cuelgo también en el INFRAblog un texto que se publicó la pasada semana en LAS HORAS PERDIDAS.  Trato de hablar -desde mi experiencia, sin ánimo de generalizar, sin rechazar la inevitable subjetividad- del ejercicio de la crítica cinematográfica actual, de las ventajas e inconvenientes de escribir a día de hoy sobre cine (extrapolable a otras labores).

“A VECES JUNTO LETRAS”

Una experiencia sobre el ejercicio de la crítica cinematográfica (analógica y digital)

Tras la avalancha desproporcionada de iniciativas fanzinerosas en papel que se copiaban unas a otras, quemando los temas novedosos a marchas forzadas, el boom de las publicaciones alternativas de los años noventa se desinfló, aunque todavía aguantan algunas cabeceras veteranas, nacidas contra el tedio por aquel entonces, incombustibles y guerrilleras, mientras surgen iniciativas renovadoras que apuestan por una tradición mancillada por el auge de la cultura digital, asimilando sus virtudes a modo de militancia. Existen mentes románticas que no abandonan la grapa y la fotocopia, dando lugar a una corriente sugestiva que ve algunas de estas nuevas publicaciones como un objeto artístico, especialmente en el terreno del cómic y la ilustración. A finales del pasado siglo, que en el fondo fue ayer, a pesar de cómo suena, el ordenador doméstico y los programas de diseño al alcance de todos vistieron de aparente lujo las otrora modestas páginas de las publicaciones más significativas echas por y para el aficionado. Más de un avispado quiso convertir su panfleto especializado en una revista al uso, olvidándose fácilmente de la famosa etiqueta “sin ánimo de lucro” inherente al espíritu fanzinero. La irrupción absoluta de Internet y la explosión de la prensa gratuita dio el tiro de gracia a una filosofía, ahora reivindicada superficialmente por su look vintage: la maquetación de recorta y pega y el delirio tipográfico. Muchas plumas de nuevo cuño se decantaron entonces por explayarse directamente en las revistas de tendencias sin pasar por la casilla de salida. El trabajo lucía más, aunque fuera el mismo, y gastarse los ahorros en la imprenta era, y es, cosa de locos pudiendo colgar el material en la red instantáneamente y llegar diariamente a cualquier punto del planeta Tierra con una mínima conexión ciberespacial, vocablo en desuso.

¿AL GRANO?

Aguantan de aquella época analógica, de underground y lujuria, propuestas excepcionales, resistiendo ahora y siempre sobre papel, como es el caso del incombustible 2000 Maniacos”, en pie de guerra desde agosto de 1989. Este símbolo canalla del periodismo de trinchera, capitaneado por Manuel Valencia, cuya pluma se ha extendido por innumerables títulos, es una de las pocas publicaciones independientes que aún colea impresa. Sus pringosas páginas -dedicadas al gore, el porno y las cult-movies fantaterroríficas- han creado escuela. A Manolo le debo mucho. Le debo el hecho de escribir y publicar, o al menos el hecho de recordarlo, porque hacía tiempo que no le daba a la caligrafía a conciencia tras publicar algunos cuentos infantiles en la revista del instituto. El fue quien me pidió un texto por primera vez para un proyecto de estas características, emergente sin quererlo. Me carteaba con él -no existía el e-mail, dato importante-, porque solía dibujar goreñecos para decorar textos del fanzine, o le retocaba con rotring las portadas maquetadas a mano sobre cartulinas –apología del uso del pegamento en barra- que me enviaba por correo postal –añadiendo sangre a las letras y garabatos varios-, devolviéndole raudo el material convenientemente customizado por la misma vía antes de que entrase en ¿máquinas? Este proceso artesanal, léase darle a las manualidades, era parte del juego, y lo disfrutábamos igualmente, como en un grupo de terapia. Costaba ver la publicación final, quizás por ello te partías el pecho para dejar tu sello y gozabas con cada detalle con amor irracional, sin un plan maestro detrás más allá de la diversión y el aprendizaje. Ninguno pretendíamos ganarnos las lentejas con tan subterránea iniciativa. No imaginábamos el futuro de ninguno de sus colaboradores.

Un día tonto le comenté a Manolo, en una carta escrita a mano con lápiz Staedtler, que había estado de figurante en el rodaje de “Acción Mutante”, sin duda para despertar envidia. Fue una de las mejores anécdotas que me pasaron estudiando la carrera, encontrarme con un cartel fotocopiado invitando a hacer de extra -se me ve de espaldas- en una película perpetrada por una cuadrilla con una pedrada en la cabeza similar a la mía. El capo del “2000 Maniacos” me insinuó si me veía capaz de escribir algo divertido, un pequeño reportaje desenfadado, sobre la experiencia vivida y ataqué sin pensármelo demasiado. En una época en la cual me alimentaba de este tipo de referencias, autóctonas o foráneas, y de originales cabeceras como la primera etapa de “Fantastic Magazine” (gracias, Jordi Costa & Co.), antes de que la quisieran convertir irracionalmente en la “Super Pop”, para mi fue un lujo debutar y entrenarme de esta manera. Así fui esculpiendo un criterio personal, acorde a mis gustos y estudio. Leía mucho, probablemente demasiado, en la biblioteca de la facultad -apenas iba a clase, ahora lo puedo decir-. Libros en el idioma que me echaran, sobre cineastas desconocidos que pasaban a engrosar mi cultura audiovisual, siempre en expansión, ahora por  deformación profesional. Me buscaba la vida, como todos por aquel entonces, para nutrirme de aquello que me fascinaba. Intercambiaba por correspondencia cintas VHS con películas difíciles de ver, grabadas de video a video, cargadas de drops, de interferencias, ahora símbolo de modernidad. Enviaba cartas al director a los periódicos para cultivarme en la escritura –probablemente de ahí viene mi agrio carácter cuando junto letras-, reivindicando el cómic como un arte, cagándome en los Oscar y otros pecados de juventud. Le daba a la máquina de escribir y al typex como un poseso, en lo que veía como un aprendizaje sin fin. En el cine-club de mi pueblo no faltaba a ninguna cita. Degusté ciclos maravillosos y pude dialogar con más gente, en público y en privado, con diferentes puntos de vista. Comparar y aprender. El cine-fórum, un lujo.

Después del “2000 Maniacos”, con los que contacté gracias a un anuncio en las páginas del “Zona 84”, cuando no había otra manera de anunciarte, aunque llegabas a la misma gente, los realmente interesados, vino “Subterfuge”, otro pilar fundamental en mi trayectoria –thanks, Carlos-, y me llamaron para entrar en el “Quatermass”, La Comictiva”, “Kabuki”, “Invasión!” y demás publicaciones en la línea, ahora probablemente olvidadas, el alegre fandom de aquel entonces, lo que ahora puede ser la infinita blogosfera. Recién licenciado en Bellas Artes, llegó mi intrusismo total en la prensa escrita de la mano de conocidos periódicos, en cuyas páginas no he dejado de colaborar semanalmente. Digo intrusismo porque no he estudiado periodismo y nunca se me pasó por la cabeza vivir –en parte- de escribir en los medios. Cuando alguien me pregunta sobre esta historia, siempre respondo lo mismo: mientras algunos jugaban al mus en la cafetería, una opción libre e igualmente beneficiosa en otros aspectos, el que esto escribe se especializaba sin quererlo. Me adentraba de lleno en un mundo a explorar. Volaba de la mano de mis pasiones, el cómic y el cine, fuentes de inspiración sempiterna. Sin un fin material.

Intercambiando fanzines, visitando festivales con mis ahorros dando clases de cómic o lo que surgiese, conocí de primera mano a los críticos y autores que admiraba, esperando que algo se me pegase. Paralelamente, había montado algunos saraos en la universidad, maratones de cortos, cuando no había otra manera de ver cierto material audiovisual… (continuar leyendo esta entrada )

Este es el Superman que queremos ver

Filed under: Bizarrismo TuTubesco,Celuloide el Jueves, 20 de junio
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El mensajero

Filed under: Celuloide el Lunes, 10 de junio

La historia de “El mensajero”, un thriller con unas pinceladas de acción con el mazas Dwayne Johnson como protagonista estelar –exultante en la taquilla de la mano de “Fast & Furious 6”, la mejor entrada en la cartelera de 2013-, nace a partir de un documental que reflejaba la historia real de un encarcelamiento injusto. Un padre de familia apesadumbrado decide infiltrarse en un peligroso cártel de la droga para encontrar pruebas que puedan liberar a su hijo de la cárcel, condenado por un asunto que huele fatal. Consigue un acuerdo con una abogada del Gobierno, encarnada por la veterana Susan Sarandon, que promete una reducción de la pena si la misión va a algún sitio. Ric Roman Waugh, responsable de “Criminal”, dirige también a Barry Pepper (“Salvar al soldado Ryan”), Jon Bernthal (The Walking Dead), Melina Kanakaredes (CSI: Nueva York) y Nadine Velazquez (El vuelo (Flight)), entre otros nombres de un amplio reparto.

Tras escandalizarse, el cineasta se sintió muy motivado al documentarse sobre las leyes federales de condenas mínimas obligatorias para escribir el guión del filme, donde el narcotráfico está muy presente. Según estas directrices tan duras, la única forma de reducir la condena es hacer de soplón con otros posibles traficantes de drogas, explica Waugh. Dado que el joven preso no tiene nadie a quien poder entregar y se niega a mentir, su padre acude a la fiscal federal y se ofrece a ayudar a encontrar a un narcotraficante de verdad a cambio de indulgencia para su hijo. “Me encanta que trate sobre la idea de la responsabilidad personal, y del amor de un padre por su hijo, de lo lejos que está dispuesto a llegar un hombre para proteger a su familia”, añade el hercúleo Johnson. “Creo que yo haría exactamente lo mismo por mi familia. Cuando se trata de mis hijos, mentiría, engañaría, robaría o mataría para protegerlos.

El director no escatima en halagos cuando habla de su actor principal que, contra todo pronóstico, apenas reparte mamporros. Es verdaderamente insólito que un atleta profesional consiga hacer realmente la transición que ha realizado él, afirma Waugh. Se ha convertido en una superestrella, porque es real. Es el ser humano más sincero y con los pies en la tierra que conozco, y esa sinceridad se traslada a sus interpretaciones. Por eso a sus seguidores más acérrimos les encanta verlo. Es un tipo de verdad, con el corazón de un león, dispuesto a luchar por aquello en lo que cree. Es algo auténtico, una verdadera estrella de cine y un verdadero actor. Hay que reconocer que el fornido artista despierta simpatía. En “El mensajero” se ha enfrentado a uno de los papeles más exigentes de su trayectoria, desde el punto de vista emocional. Este tiene sin duda un tono más dramático que ningún otro de mis trabajos anteriores”, subraya. “Los personajes del género de acción están escritos de una cierta manera. El héroe tiene que repartir leña y motivar a todos los demás. En una película como esta, no hay héroes de acción. Mi personaje no dice ni hace todo lo correcto. Se ha metido en algo que le viene grande y no está muy claro que vaya a poder salir de esta. El mensajero, a pesar de estar basada en hechos reales, es poco creíble, una especie de Padre Coraje made in USA que se queda en tierra de nadie: no es cine de acción ni un drama con enjundia.

(del suplemento GPS de EL CORREO)

El gran golpe

Filed under: Celuloide el Lunes, 10 de junio

Estamos ante una adrenalítica producción que viene de Oriente, un thriller de acción mastodóntico que se ha pasado por diversos festivales internacionales, entre ellos nuestro querido Sitges. “El gran golpe” puede presumir de ser la película que más fortuna ha amasado en su país de origen, Corea del Sur, arrebatándole el puesto a la sensacional The Host, de Bong Joon-ho. Casi 90 millones de dólares de recaudación y cerca de 14 millones de espectadores relucen en el currículum del último proyecto de Choi Dong-hoon (Woochi, Cazador de Demonios), un cineasta que sabe lo que hace y ha juntado a grandes rostros del celuloide oriental, tanto de Corea como de Hong Kong: Kim Yun-seok (The Yellow Sea”), Gianna Jun (Blood: El Último Vampiro) y Simon Yam (Election), entre otros. Dirigir a este grupo de excelentes actores me daba mucho respeto inicialmente, pero durante el rodaje no podía quitar los ojos del monitor debido al carisma y la química que transmitían”, explica sobre el casting el propio director. “Nunca pensé que debía tratarles de una forma concreta. Simplemente, debían entender bien el guion, así que lo hablamos y les expuse todo lo que pensaba acerca de la película y los personajes, tanto desde el punto de vista individual como el tono y estilo generales.

A la manera de un “Ocean´s Eleven” pasado de vueltas, “El gran golpe” propone un espectáculo con coreografías de acción impagables, giros inesperados en la trama y mucho intercambio de balas. A pesar de tan suculenta artillería, el exceso de metraje, algo estirado, empaña un ritmo casi endiablado. La historia presenta a un grupo de ladrones que deciden robar en un gran casino. Todo va bien hasta que vamos descubriendo que cada uno de ellos, una especie de supergrupo de criminales, tiene su plan B para quedarse con todo el botín. Mientras la policía les pisa los talones, no paran de hacerse perrerías entre ellos. Con las ciudades de Hong Kong, Macao, Seúl y Busan como escenarios principales del enredo, el filme ofrece entretenimiento en estado puro.

(del suplemento GPS de EL CORREO)

Pánico en Madrid

Filed under: Celuloide,Saraos el Martes, 4 de junio

Estos días la oscuridad reina en Madrid. Los amantes del celuloide del más allá tienen una cita con un nuevo festival especializado en el género fantástico, NOCTURNA, cuya programación está AQUI. ¡Vayan!

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