Lo prometido es deuda en este blog (sí, cualquier día escribo la segunda parte del artículo-repaso al festival de Sitges), así que aquí comento en unas líneas las películas que pude ver en el reciente festival de Málaga, entre lío y lío (todo salió bien, por cierto, o eso dicen)…
-Concursante. Ya está en las salas. Me defraudó un poco la opera prima de Rodrigo Cortés, pero más por las expectativas que me había marcado que por la película en sí. La cinta tiene un arranque fabuloso, pero su frenético montaje acaba apabullando. Goza de algunos puntos muy graciosos, y originales, pero se antoja pedante, confusa… A pesar de todo, es un filme más que digno, por encima de la media de lo que se hace por estos lares. Es de agradecer que estemos ante una propuesta diferente formalmente, moderna, aunque precisamente esa cuidadísima forma, excesivamente artificiosa, se come al fondo en pepitoria, sic!
-El menor de los males. Me vais a perdonar, o no, pero Verónica Echegui, aparte de buena actriz (remember el POST de la Juani), está bien rica. Esa mirada, esa voz… Si logra eludir el inevitable encasillamiento (aquí hace de lolita para variar) esta chica tiene futuro. La peli de Antonio Hernández se deja ver, pero dos horas de metraje para lo que cuenta se antoja excesivo, al margen de que todo suena a ya visto. Eficaz, eso sí, pero ni fu ni fa en su conjunto. Lo mejor, los actores.
-Arritmia. No entendí nada, pero visualmente me sedujo esta segunda peli de Vicente Peñarrocha, que se asemeja en su desenlace a (spoiler) La escalera de Jacob y sucedáneos. Rollito The Jacket, pero con una trama peor afinada, muy gratuita en su último tramo. Aún así, fue un gustazo ver una apuesta estética actual, hecha con gusto. A ver si logra estrenarse, porque es bastante marciana para lo que se hace por estos lares, lo cual es un sugestivo aliciente, ¿no?
-Bajo las estrellas. La ópera prima de Félix Viscarret se llevó el gato al agua en Málaga. Otra peli que anuncia un relevo generacional a nivel visual en el cine español. Daba la sensación de que estabas viendo cine independiente del otro lado del charco. Alberto San Juan se sale en su papel, aunque en el tramo final, pelín previsible, hay momentos de cierto horterismo exacerbado que me mataron un poco. A ver como la recibe la taquilla.
P.D.: ha salido ya el segundo número de la revista EL MANGLAR, donde continúo colaborando hablando de cine y tebeos. Entre otras cosas, entrevisto a Hernán Migoya.