Hay por dónde cogerla
No he leído ninguna crítica extendida de “Batman v Superman”, da tanta pereza como escribir sobre ella, solamente algunos comentarios en las redes sociales que insisten en que “no hay por dónde cogerla”, así que me voy atrever a decir que SÍ HAY POR DÓNDE COGERLA y voy a firmar unas líneas desenfadadas en esta era de la sobreinformación donde hay tanta letra resabiada circulando. Ya lo dijo alguien, todo el mundo ejerce su profesión, la que le toca, y la de crítico de cine.
Entro fuerte porque el Batman crepuscular de Ben Affleck, amargado y empecinado en su idea de la justicia, me ha gustado más que el de Nolan. Mucho más (con muchos menos minutos en escena). Y promete, sobre todo si se cumple la idea de que el actor dirija una película sobre el Hombre Murciélago, además de protagonizarla. Por contra, no entiendo a Lex Luthor, cuyas motivaciones no se explican y la actuación se acerca más al personaje de Joker. Me aburre Superman, como ya lo hizo en “Man of Steel” (con esa Lois Lane omnipresente), filme que lleva su mayor lastre en los créditos, en la producción ejecutiva donde figura el chavalote de “Origen”, el mismo que confunde la épica y la emoción con las imágenes “sobremusicadas” y la virguería técnica sin fondo, cagándola más allá de la forma. El Hombre de Acero es un genocida absoluto, los daños colaterales cuando pelea contra el malvado lo deja bien claro, pero no se profundiza de verdad en su lado oscuro, en esa zona prohibida que se queda en la estética, en esas sombras generadas por ordenador y en ese supuesto barniz de realismo que se olvida del espíritu de los tebeos y opta por una óptica rancia, sumamente seria.
Y hablando del espíritu de los tebeos, “Batman v Superman” funciona especialmente en las escenas de mamporros (como “Man of Steel”), cuando se libera, huye de complejos y se deja llevar por lo que realmente atrapa al lector de toda la vida: ¡las hostias! La historia parece haber sufrido hachazos en su estructura narrativa, si no controlas las historietas de partida no se entiende nada, luego auguro un director´s cut de altura (y duración extrema). A todos nos ha gustado Wonder Woman, porque es la única que pone caras de estar disfrutando con el espectáculo, pero menuda presentación de Aquaman y compañía: metida con calzador y nefasta. Cuando el personaje de Holly Hunter se da cuenta (spoiler), mirando al tarro de pis en el juzgado, que Luthor se la está jugando, es cuando el propio espectador empieza a entender algo. Compartimos la expresión facial de la actriz sentados en la butaca de la sala oscura. A partir de la explosión todo vale, todo fluye, y el que no entre que vuelva a su casa. Toma punto de giro.
Hay muchos guiños, eso que nos gusta tanto a los aficionados, algunos sensacionales, como Doomsday emulando a King Kong o la película que está viendo Batman de niño con sus padres, “Excalibur”, que remite directamente a la escena de la batalla final (spoiler), cuando Superman clava la lanza al gran villano, por otra parte engendrado no se sabe cómo y porqué (aparte del CGI). No nos hacía falta que nos contasen por enésima vez porqué Bruce Wayne se convierte en el justiciero de la noche, pero Zack Snyder nos regala algunas ideas visuales sugestivas –a mi me gusta su versión de “Watchmen”, que tiene los mismo problemas al pretender mimetizar las viñetas-, nunca olvidemos que firmó el mejor comienzo de una película de terror en tiempo con “Amanecer de los muertos” (antes de toparse con Nolan). “Batman v Superman” es irregular, es fallida, pero es un buen tebeo malo, de esos que alaban los mismos que critican una película complicada en su génesis que me hizo reír involuntariamente en varios momentos, porque no deja de ser serie B con mucha pasta. Me quedo con el chateo, digno de Badoo, entre Wonder Woman y Batman vía email: ¿Eres tú la de la foto? Así de simple. De la ingenuidad al reparto de puñetazos en cuestión de segundos. Hay por dónde cogerla. El monstruo de Frankestein no era lo que parecía a los ojos de los demás.