Cuidado con el 3D
El 3D ha evolucionado tal y como llega ahora a las salas, se ha sofisticado, pero ya fue un reclamo en los años 50 con diversas películas adscritas al cine fantástico que llamaron la atención del espectador por un periodo de tiempo más corto del deseado. Fue una moda, y más de medio siglo después puede ocurrir lo mismo por culpa de la utilización del sistema como simple reclamo para agitar la taquilla. La maniobra de marketing puede salir cara al negocio cinematográfico, ya que son muchos los fiascos que estamos viviendo, el último el estreno de “Airbender: El último guerrero” -ese gran truñaco infantiloide-, donde no hay prácticamente diferencia entre las versiones 2D y 3D. Pasó con “Furia de titanes” (lo dije AQUI), y seguirá pasando mientras el personal pague más por la entrada a la sala sin remordimientos de conciencia. Hay que estar al loro y que la película estrenada haya sido rodada directamente en formato estereoscópico. Si el efecto ha sido realizado en postproducción, mal asunto.