cunia cine comic y otras hierbas

Charlas caníbales

Filed under: Autobombo,Desvaríos,Letrax el Miércoles, 20 de abril

Todos los meses sigo publicando religiosamente mis entrevistas desenfadadas, dicen que de autor, en las páginas de la revista PRIMERA LÍNEA. Aquí va una pequeña muestra

He venido a hablar de mi libro

Filed under: Bizarrismo TuTubesco,Letrax,Palabrería mística el Martes, 26 de enero

Presentación de mi querido libro USTED NO ES UNA PERSONA NORMAL en la librería Joker de Bilbao. Hay muy buena gente. ¡Gracias!

Imagen de previsualización de YouTube

¡ Tengo un libro en la calle !

Filed under: Autobombo,Desvaríos,Letrax,Palabrería mística el Lunes, 4 de enero

Me han publicado un libro, se llama USTED NO ES UNA PERSONA NORMAL y si no lo encuentras en tu librería más cercana está disponible online en la página de la editorial Libros de Autoengaño.

Port_USTEDNOES_BorjaCrespo BLOG

Fragmentación audiovisual

Filed under: Caja tonta,Celuloide,Letrax el Martes, 9 de septiembre

Bienvenidos a un mundo donde se lee en diagonal, si se lee, y se mira igual. Vivimos en la era de la sobrecarga informativa. La atención que prestamos a una pieza audiovisual depende del vaivén del buffering y el empeño de nuestra vista. Si la carga del material a degustar nos hace esperar más de la cuenta, nos ponemos nerviosos y a otra cosa mariposa. Si el ADSL no se comporta como debiera, el link que hemos pinchado puede perder su oportunidad. La paciencia se mide en porcentajes de barra, programada en horizontal. Si se mueve lenta, mal vamos. Si crece con más arritmia que armonía, no hay derecho. Cuidado también con la duración del show ofertado. En milésimas de segundo nos ahoga el tedio ante la posibilidad de encontrar otra oferta de entretenimiento con un chasquido de dedos. De un lado saltamos a otro, sin rechistar, a golpe de cursor, y tiro porque me toca. Empezamos buscando un videotutorial sobre cómo descargar videos de YouTube y acabamos en un site repleto de fotografías inefables protagonizadas por familias americanas sonrientes cuyas vidas transcurren en los años 80. Han pasado 5 horas desde el primer click con una intención clara. O más. Nos perdemos en un mar de píxels. La dispersión nos embriaga. Concentrarse en algo concreto cuesta demasiado, cada día más, porque nos rodea el todo y la nada. Sufrimos tiempos de fragmentación. El cine padece especialmente esta terrible enfermedad vírica. Lejos de la sala oscura y de su ritual -siempre que seamos educados-, es un acto en desuso el hecho de ver exclusivamente una película delante del televisor, el ordenador, el iPad o cualquier otra plataforma, sin otra tarea entre manos que nos distraiga, grande o pequeña. Se lleva afrontar en paralelo varias labores a la vez que reclaman un mínimo de atención, dando como resultado la volatilidad casi total de lo que devoramos, martirizando la retina. Es imposible entrar en el juego de un cineasta y prenderse de sus intenciones, gozar con su voz en definitiva, si visionamos su obra mientras tuiteamos y tenemos otras ventanas abiertas. Si la propuesta del artista se aleja de lo meramente visual, de lo convencional, y no le dedicamos nuestro tiempo y energía con cierta lógica, es más que probable que no lleguemos a entenderlo. Un filme con un ritmo endiablado nos puede parecer un rollo si hemos parado el reproductor varias veces a lo largo del metraje para contestar whatsapps, comentar en las redes sociales lo que estamos viendo, con foto incluida, o, simplemente, levantarnos compulsivamente para ir al baño. Manda el zappeo mental rápido. Damos al play mientras cumplimos con las obligaciones del hogar o trabajamos frente a otro monitor situado en el mismo campo de visión. La creatividad de hoy debe luchar contra el caos multipantalla para conectar con el cerebro del espectador. Estamos en el centro de una tormenta de imágenes que jamás va a amainar. Valorar una producción a trompicones, alternando, sin darle al pause, la pestaña que le acoge con otras adyacentes, da alas al non sense. Somos trolls de nosotros mismos. Entes dispersos. Loading…

(columna aparecida en el nº 135 de la revista NEO2, aquí sin cortes)

Fuerza vital, el libro

Filed under: Celuloide,Letrax el Jueves, 24 de octubre

Puertas que se abren, puertas que se cierran. La gran amenaza vírica en una impagable nave espacial. Un hombre viajó por los confines del universo, con sus compañeros de la bolera, en un cohete gubernamental. En clase turista, faltaría más. El sujeto regresó triste y solo. Está con nosotros para contar su hazaña. El trágico final de una misión suicida. “No hay alegría ahí fuera, tan solo existe el horror”, exclama. Podemos oír sus gritos. El terror tiene forma. Está aquí y se llama enfermedad.

Tras su vuelta al mundo desafiando las leyes de la gravedad, el astronauta cansado relata sus tribulaciones con pelos y señales a un grupo de curiosos que se apelotonan a su alrededor en lo que parece el decorado de una comisaría digna de una película de Serie B. Está algo histérico, notablemente nervioso. Suda lo que no ha sudado a millones de kilómetros de distancia. No es de extrañar: ha traído consigo el fin del mundo. El cosmonauta exterminador describe su proeza truncada en el espacio exterior. Desgrana su angustia vital, paso a paso, gesticulando lo justo. Pisa el suelo terrestre como si hubiera hecho un pacto con el Diablo. Le duele el alma por haber abierto las puertas de la Tierra, de par en par, al mismísimo Apocalipsis (). 

Lo que habéis podido leer -espero- es un fragmento de un texto que he escrito para el libro LIFEFORCE minuto a minuto, un experimento inusual en torno al clásico de culto de Tobe Hooper que firmamos 111 autores con prólogo del excelso Jesús Palacios.

A cada autor se nos asignó por sorteo un minuto de la película. Cada autor recibió en su e-mail el corte de su minuto en formato .mpg Se nos dijo: Este minuto es toda la película. Cada autor ha hecho el texto de su minuto.

El resultado es una novelización extraña con todo tipo de textos: críticas, poemas, recuerdos, análisis, caligramas, listas, transcripciones, epístolas… Una curiosa inspiración y una interesante iniciativa del fanzine FUERZA VITAL. 

Nueva revista cultural

Filed under: Autobombo,Letrax el Martes, 3 de septiembre

Ha salido una nueva revista cultural a tener en cuenta, ¡gratuita!, en la que participo. CACTUS sale con carácter mensual, en papel y formato digital, y puede leerse ya AQUI. Mi sección, FLAN CON NAPALM, es una columna incendiaria en la cual hablo del estado de las cosas en temas culturales. Abajo van unas líneas como aperitivo. ¡Espero os guste!

cactus

Hay quien se regodea ante la actual situación de nuestra cultura, herida, famélica y renqueante. Sumida en un estado de inanición exasperante, los hay que le tiran piedras para que caiga al suelo cuanto antes, para que se arrastre pidiendo perdón a su amo y señor verdadero. La veda se ha abierto para el entusiasmo del cazador de seres que, supuestamente, viven del cuento. Son los mismos que persiguen a “los titiriteros de los cojones” pero veneran, en cambio, a los que roban directamente de sus bolsillos y pagan a medias sus impuestos –menudos listos-. Apuntan con los guijarros más afilados personalidades con el título de licenciado bajo el brazo, sin sonrojo, con orgullo. La lapidación es continua, con mayor o menor fortuna, porque siempre habrá locos, soñadores, peleando desde las trincheras de nuestra existencia por aquello que nos hace volar con la mente. Comprensible es que a los que luchan cada día por conseguir algo ().

Para leer el texto entero dale AQUI, pillastre

Sobre la escritura de cine (y más)

Filed under: Letrax,Palabrería mística el Lunes, 24 de junio

Cuelgo también en el INFRAblog un texto que se publicó la pasada semana en LAS HORAS PERDIDAS.  Trato de hablar -desde mi experiencia, sin ánimo de generalizar, sin rechazar la inevitable subjetividad- del ejercicio de la crítica cinematográfica actual, de las ventajas e inconvenientes de escribir a día de hoy sobre cine (extrapolable a otras labores).

“A VECES JUNTO LETRAS”

Una experiencia sobre el ejercicio de la crítica cinematográfica (analógica y digital)

Tras la avalancha desproporcionada de iniciativas fanzinerosas en papel que se copiaban unas a otras, quemando los temas novedosos a marchas forzadas, el boom de las publicaciones alternativas de los años noventa se desinfló, aunque todavía aguantan algunas cabeceras veteranas, nacidas contra el tedio por aquel entonces, incombustibles y guerrilleras, mientras surgen iniciativas renovadoras que apuestan por una tradición mancillada por el auge de la cultura digital, asimilando sus virtudes a modo de militancia. Existen mentes románticas que no abandonan la grapa y la fotocopia, dando lugar a una corriente sugestiva que ve algunas de estas nuevas publicaciones como un objeto artístico, especialmente en el terreno del cómic y la ilustración. A finales del pasado siglo, que en el fondo fue ayer, a pesar de cómo suena, el ordenador doméstico y los programas de diseño al alcance de todos vistieron de aparente lujo las otrora modestas páginas de las publicaciones más significativas echas por y para el aficionado. Más de un avispado quiso convertir su panfleto especializado en una revista al uso, olvidándose fácilmente de la famosa etiqueta “sin ánimo de lucro” inherente al espíritu fanzinero. La irrupción absoluta de Internet y la explosión de la prensa gratuita dio el tiro de gracia a una filosofía, ahora reivindicada superficialmente por su look vintage: la maquetación de recorta y pega y el delirio tipográfico. Muchas plumas de nuevo cuño se decantaron entonces por explayarse directamente en las revistas de tendencias sin pasar por la casilla de salida. El trabajo lucía más, aunque fuera el mismo, y gastarse los ahorros en la imprenta era, y es, cosa de locos pudiendo colgar el material en la red instantáneamente y llegar diariamente a cualquier punto del planeta Tierra con una mínima conexión ciberespacial, vocablo en desuso.

¿AL GRANO?

Aguantan de aquella época analógica, de underground y lujuria, propuestas excepcionales, resistiendo ahora y siempre sobre papel, como es el caso del incombustible 2000 Maniacos”, en pie de guerra desde agosto de 1989. Este símbolo canalla del periodismo de trinchera, capitaneado por Manuel Valencia, cuya pluma se ha extendido por innumerables títulos, es una de las pocas publicaciones independientes que aún colea impresa. Sus pringosas páginas -dedicadas al gore, el porno y las cult-movies fantaterroríficas- han creado escuela. A Manolo le debo mucho. Le debo el hecho de escribir y publicar, o al menos el hecho de recordarlo, porque hacía tiempo que no le daba a la caligrafía a conciencia tras publicar algunos cuentos infantiles en la revista del instituto. El fue quien me pidió un texto por primera vez para un proyecto de estas características, emergente sin quererlo. Me carteaba con él -no existía el e-mail, dato importante-, porque solía dibujar goreñecos para decorar textos del fanzine, o le retocaba con rotring las portadas maquetadas a mano sobre cartulinas –apología del uso del pegamento en barra- que me enviaba por correo postal –añadiendo sangre a las letras y garabatos varios-, devolviéndole raudo el material convenientemente customizado por la misma vía antes de que entrase en ¿máquinas? Este proceso artesanal, léase darle a las manualidades, era parte del juego, y lo disfrutábamos igualmente, como en un grupo de terapia. Costaba ver la publicación final, quizás por ello te partías el pecho para dejar tu sello y gozabas con cada detalle con amor irracional, sin un plan maestro detrás más allá de la diversión y el aprendizaje. Ninguno pretendíamos ganarnos las lentejas con tan subterránea iniciativa. No imaginábamos el futuro de ninguno de sus colaboradores.

Un día tonto le comenté a Manolo, en una carta escrita a mano con lápiz Staedtler, que había estado de figurante en el rodaje de “Acción Mutante”, sin duda para despertar envidia. Fue una de las mejores anécdotas que me pasaron estudiando la carrera, encontrarme con un cartel fotocopiado invitando a hacer de extra -se me ve de espaldas- en una película perpetrada por una cuadrilla con una pedrada en la cabeza similar a la mía. El capo del “2000 Maniacos” me insinuó si me veía capaz de escribir algo divertido, un pequeño reportaje desenfadado, sobre la experiencia vivida y ataqué sin pensármelo demasiado. En una época en la cual me alimentaba de este tipo de referencias, autóctonas o foráneas, y de originales cabeceras como la primera etapa de “Fantastic Magazine” (gracias, Jordi Costa & Co.), antes de que la quisieran convertir irracionalmente en la “Super Pop”, para mi fue un lujo debutar y entrenarme de esta manera. Así fui esculpiendo un criterio personal, acorde a mis gustos y estudio. Leía mucho, probablemente demasiado, en la biblioteca de la facultad -apenas iba a clase, ahora lo puedo decir-. Libros en el idioma que me echaran, sobre cineastas desconocidos que pasaban a engrosar mi cultura audiovisual, siempre en expansión, ahora por  deformación profesional. Me buscaba la vida, como todos por aquel entonces, para nutrirme de aquello que me fascinaba. Intercambiaba por correspondencia cintas VHS con películas difíciles de ver, grabadas de video a video, cargadas de drops, de interferencias, ahora símbolo de modernidad. Enviaba cartas al director a los periódicos para cultivarme en la escritura –probablemente de ahí viene mi agrio carácter cuando junto letras-, reivindicando el cómic como un arte, cagándome en los Oscar y otros pecados de juventud. Le daba a la máquina de escribir y al typex como un poseso, en lo que veía como un aprendizaje sin fin. En el cine-club de mi pueblo no faltaba a ninguna cita. Degusté ciclos maravillosos y pude dialogar con más gente, en público y en privado, con diferentes puntos de vista. Comparar y aprender. El cine-fórum, un lujo.

Después del “2000 Maniacos”, con los que contacté gracias a un anuncio en las páginas del “Zona 84”, cuando no había otra manera de anunciarte, aunque llegabas a la misma gente, los realmente interesados, vino “Subterfuge”, otro pilar fundamental en mi trayectoria –thanks, Carlos-, y me llamaron para entrar en el “Quatermass”, La Comictiva”, “Kabuki”, “Invasión!” y demás publicaciones en la línea, ahora probablemente olvidadas, el alegre fandom de aquel entonces, lo que ahora puede ser la infinita blogosfera. Recién licenciado en Bellas Artes, llegó mi intrusismo total en la prensa escrita de la mano de conocidos periódicos, en cuyas páginas no he dejado de colaborar semanalmente. Digo intrusismo porque no he estudiado periodismo y nunca se me pasó por la cabeza vivir –en parte- de escribir en los medios. Cuando alguien me pregunta sobre esta historia, siempre respondo lo mismo: mientras algunos jugaban al mus en la cafetería, una opción libre e igualmente beneficiosa en otros aspectos, el que esto escribe se especializaba sin quererlo. Me adentraba de lleno en un mundo a explorar. Volaba de la mano de mis pasiones, el cómic y el cine, fuentes de inspiración sempiterna. Sin un fin material.

Intercambiando fanzines, visitando festivales con mis ahorros dando clases de cómic o lo que surgiese, conocí de primera mano a los críticos y autores que admiraba, esperando que algo se me pegase. Paralelamente, había montado algunos saraos en la universidad, maratones de cortos, cuando no había otra manera de ver cierto material audiovisual… (continuar leyendo esta entrada )

Arrebatos temporales

Filed under: Desvaríos,Letrax el Martes, 6 de noviembre

Robar un banco sin hacer prisioneros, torturar a un político sin darle muerte primero, plantar un libro en un plató de televisión, no necesariamente por ese orden. Entran ganas. Pero vamos a ser buenos. Vamos a caminar por la senda de lo políticamente correcto. Vamos a decir que la violencia sólo engendra violencia. Vamos a ponernos en fila cuando toca. Vamos a cuidar con mimo el mobiliario urbano. Vamos a pagar los impuestos con picor en el culo. Vamos a aplaudir al cortinglés. Vamos a creernos las disculpas del cerdo antes de degollarlo. Vamos a jugar con las tripas del estado. Vamos a entender que el arroz es la comida del futuro. Vamos a aceptar que sin hostias no hay revolución. Vamos a peinarnos con raya en medio. Vamos a quemar iglesias que cobran por pecar. Vamos a sudar la gota gorda de sangre menstrual. Vamos a disfrazarnos con caretas de Pocoyó en blanco y negro. Vamos a comernos un bebé asado bien untado en mantequilla. Vamos a mosquearnos con ese sujeto infecto que nos etiqueta siempre en sus porquerías en Facebook. Vamos a follar como si no hubiera mañana por whatsapp. Vamos a sufrir llorando por ti. Vamos a escupir a toda bandera que se nos ponga por delante. Vamos a reírle las gracias al tonto que toque. Vamos a aplaudir la mierda que nos llueve. Vamos a partir peras, melones y corazones. Vamos a gritar a los cuatro vientos que aquí no cabe nadie más, por el amor de Dios. Vamos a pedir que ciertas cosas no se escriban nunca más con mayúscula. Vamos a tragarnos nuestras penas con un concentrado de avena. Vamos a comprobar que nadie entiende la ironía extrema. Vamos a votar juntos de la mano. Vamos a apuntarnos a millones de redes sociales. Vamos a entregarnos al onanismo con el porno emocional. Vamos a provocar orgasmos a personas mal casadas. Vamos a hartarnos de ese speed infame que nos da alergia. Vamos a jugar al bingo a un hogar de la tercera edad. Vamos a robar fruta al mercado en vez de romper escaparates. Vamos a amar las contradicciones. Vamos a precipitarnos por las escaleras como si tal cosa. Vamos a ver cómo los perros se comen nuestra carne. Vamos a dar palmaditas en la espalda a la nada. Vamos a comer lo que deja el vecino. Vamos a combatir el mal del vil metal. Vamos a mear sobre la alta cultura. Vamos a descargar la vejiga sobre nuestros padres. Vamos a morder la juventud. Vamos a bebernos la vida. Vamos a Benidorm. Vamos a sacar brillo al bate, a la estaca, a la polla. Vamos a pegarle con toda nuestra alma al que menos se lo merece, al que menos se lo espera. Vamos a lanzar piedras a Satán. Vamos a quemar árboles de Navidad. Vamos a destruir casas de muñecas. Vamos a coleccionar problemas. Vamos de vacaciones al purgatorio. Vamos a emanciparnos del tiempo. Vamos a evadirnos a paraísos artificiales. Vamos a ser burgueses sedientos de intereses, hipotecas y suerte. Vamos a cargar las pistolas. Elige un banco. Elige un político. Elige un libro. Sé que esto último es lo más difícil. ¡Qué le vamos a hacer! Venga, me voy a ir yendo… ¡vamos!

Acabas de leer una de mis HISTORIAS DE AMOR (Y APOCALIPSIS), mi sección impredecible en EL BUTANO POPULAR. Lee MAS, no te arrepentirás, pecador

El bukkake popular

Filed under: Desvaríos,Letrax el Lunes, 22 de octubre

EL BUTANO POPULAR se ha lavado la cara y reúne, a lo tonto, a un grupúsculo ingenioso de firmas indispensables entre las cuales me incluyo. Sí, me incluyo para bajar la media, o airear el cotarro, ¿quién sabe? Lo cierto es que escribir mis HISTORIAS DE AMOR (Y APOCALIPSIS) es de lo más divertido que hago últimamente. Un espacio para la libertad de expresión y el desahogo.

En mi último texto, Futuro plusimperfecto, digo tonterías como estas

He tenido una visión. Una visión terrible. Casi demoniaca. Un pálpito pesadillesco. En un futuro no muy lejano, demasiado cercano, Fernando León curra en la Fnac en la sección de cine. Sigue con su barba, ya cana, y la coleta de hippie trasnochado, ya descapotado. Va vestido con ese chaleco verde absurdo lleno de chapas. Luce pins de viejas películas como “Cosmopolis”, de David Cronenberg, o la tercera parte de “Blade Runner” -y una insignia dorada en la que pone “Ken Loach Rules!!!”-. Parece bregado en la atención al público. Seguramente es el único que tenía el currículum suficientemente cultivado como para poder entrar a trabajar en el apartado dedicado a la nostalgia por el séptimo arte en el artificial centro comercial, convertido en un gigantesco baúl de los recuerdos.

En mi retorcido sueño premonitorio también me encuentro a Miguel Noguera, firmando libros de autoayuda. Bueno, deja huella en una cosa testimonial, una especie de estuche metálico con su fotografía, gruñendo a cámara con su nuevo implante capilar, porque el volumen a la venta, un tocho de 11.357 páginas, es electrónico, te dan un código en un sobre cerrado y ya está. Un sujeto da un coñazo mayúsculo en la cola: quiere un autógrafo en la pantalla de su iPad 23b. El otrora cómico rey del ultrashow se la raya con un anillo de diamante. Ha mutado en gurú de masas, recogiendo el testigo de figuras populares de la sapiencia para todos los públicos como Eduardo Punset o Alejandro Jodorowsky, antes escritores ídolos, ahora entes disecados que flotan en formol en el Museo de Grandes Personalidades Universales de Eurovegas.

Se lee ENTERO pinchando AQUI.

Amor y mierda

Filed under: Desvaríos,Letrax el Jueves, 5 de julio

Un hombre tranquilo entra a una cafetería.

-Hola, ¿qué le pongo? -Un café y un donut, por favor. -Lo siento, pero no tenemos. -¿Cómo? ¿No hay donuts? -Ni café. -Pero esto es una cafetería, son las 7 de la mañana… ¿Ya no les queda nada? -Solamente despachamos MIERDA. -¿Perdone?

Así comienza mi última HISTORIA DE AMOR (Y APOCALIPSIS) para EL BUTANO POPULAR. Si quieres leer más, idolatrado lector, pincha AQUI.

Más historias de mi cosecha desviada dándole con fruición AQUI. ¿Es o no es un placer sumamente intenso?

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