No.
Noooooooo.
Noooooooooooooo.
No me van a convencer. No. Ni por asomo. Porque no. Porque “The Dark Knight”, léase “El caballero oscuro” por estos lares, no me parece una gran película, más bien una cosa discreta. Muy discreta. “Batman Begins” ya me irritó, especialmente por esa avalancha de piropos de críticos serios que no han leído un tebeo en su vida (probablemente, ni falta que les hace), que defienden que una película es más adulta, y por ello mejor, cuando es más realista, en detrimento del género fantástico que tanto aprecio, vilipendiado porque sí por un indocumentado tras otro. Cuando estamos hablando de un tío tarado, traumatizado y egoísta, que se disfraza para repartir hostias, al filo del abismo, entre el bien y el mal, que persigue a malos muy malos, no me apetece ver una mala película de Ingmar Bergman, qué quieren que les diga
Para empezar, para aquellos que ya hayan pasado por taquilla ¿no les resulta Batman un individuo antipático? ¿No les parece que en algunas escenas está como de atrezzo? Como un jarrón ahí puesto, mientras Gary Oldman y compañía actúan de verdad (haciendo lo que pueden, algo perdidos, todo hay que decirlo). ¿No les parece Bruce Wayne un tipo hostiable? Un pijo caprichoso, bastante alejado de un caballero con estilo y principios contradictorios, cuya mente se retuerce entre defender la justicia o vengarse a saco de todo “vago y maleante” que le busque las cosquillas (aunque su error sea pasear por el callejón equivocado).
¿Qué me dicen de Gothan? Otrora un personaje más, aquí es una sucesión de skylines. Atmósfera cero. La prueba es que nos llevan a Hong Kong en un momento del metraje y no sabemos si hemos cambiado de ciudad (bonitas postales, eso sí).
Intentando sintetizar, “El caballero oscuro” es una película de James Bond del montón, correcta pero no de aplauso desmesurado. Un buen comienzo, un villano memorable, sí, y y Como película de acción no aporta nada nuevo. La trama tampoco. Un déjà vu constante nos atrapa durante la proyección, cuestión que no tiene que ser problemática, salvo cuando uno escucha adjetivos superlativos que le hacen torcer el morro. Denme algo más aparte de secuencias funcionales, please
Pienso en la trilogía de Bourne y la nueva cinta de Christopher Nolan se me queda fofa, aquejada de cierta arritmia preocupante, herida por ese pecado habitual en las action movies de hoy en día: no sabemos lo que esta pasando, dónde está cada cual, cuando hay persecuciones, mamporros o tiroteos. Narrativamente algo confusa, con trucos de guión para avanzar la historia sumamente previsibles (y por ello eficaces, claro), no hay por qué sobrevalorar el resultado aludiendo que, supuestamente, esta propuesta es más seria que la media. La sobriedad de Iron Man gana enteros en este sentido, a la espera de “Watchmen”, ¿la gran esperanza?
Hay que agradecer, ciertamente, que “El caballero oscuro” se olvide de ese infantilismo que contamina el cine de entretenimiento de última hornada. Alabar la actuación del difunto Heath Ledger es una perogrullada, pero es inevitable. Es, sin duda, lo mejor del filme. De acting y caracterización, lo más acertado del conjunto. Uno está deseando que aparezca Joker para que haya algo de meneo en pantalla. Sin embargo, lo del Oscar póstumo, probablemente pura rumorología, canta un poco, ¿no? Basta ya de premiar trabajos que consisten en hacer de loco, autista o similar, que lucen mucho pero es como pinchar Alaska y los Pegamoides en una fiesta de treintañeros/cuarentones: sabes que todo el mundo va a bailar.
Hablemos de ese iluminado discurso filosófico que vertebra la película según mentes preclaras. Cuando el supervillano tiene que verbalizar que él es la anarquía frente al caos, que sin Batman su existencia sería muy aburrida, bla, bla, bla uno siente que le están contando lo mismo de siempre de manera extremadamente evidente, por si somos tontos. El amigo Vigalondo habla de este tema muy bien AQUÍ, intuyo que sin haber visto aún el filme.
Cuando el Joker explica por su boquita que es así de cruel y está así de chalado porque su padre era un borracho que le pegaba y un día le dejó la novia jolines jo
“El caballero oscuro” va del honor y los principios, de ser más bueno que nadie, y por ello es una película mentirosa (estoy evitando hacer spoilers vitales, lo dejo para los comments). Las zonas grises del comportamiento humano, con posibilidades de estar encarnadas magistralmente en un personaje como Batman, son de un explicitud sorprendente. Por ello, el ingenio brilla por su ausencia. No hay riesgo en el mensaje ni posibilidades de discusión.
“Dark Knight” no es un bodrio, a pesar de sus altibajos entretiene, que ya es algo en los tiempos que corren. Además, cuenta con actuaciones de recibo y se ve el dinero que se han gastado en la pantalla grande, pero no es una cinta brillante. Me asusta que pase a la historia del cine por la puerta grande un producto como éste, cuidado al milímetro, masticadito, inteligente en definitiva comercialmente hablando, cuyo sentido de la evasión y reflexión es harto discutible. La campaña mediática está hábilmente diseñada para que el personal se acojone y no pueda decir “vaya, me he aburrido un poco, tampoco es para tanto” al salir de la sala.
Esas puntualizaciones de sobresaliente que humean en internet, que resaltan en sites tambaleantes como IMDB, confirman que el ciberespacio está copado por internautas de dudoso criterio, tan prescindible como el mío. Y basta ya de puntuarlo todo, que dentro de poco va a ocurrir hasta con el dentista. “¿Y a qué dentista vas?”. “A Talytal”. “¡Uuuuuuuuuuy! Lo estoy mirando en google y tiene un cinco pelado, yo que tú iba acojonado Y hay un montón de comentarios de gente quejándose de la halitosis de la enfermera, fíjate tú”.
The Dark Knight, otro ejemplo de película que queremos que nos guste, pero no termina de matarnos, sic!
Por cierto, voy a poner a esta película, siendo benevolente, un ¿6? Haw, haw, haw!!!