Nos ahorramos el psicólogo
He reconocido más de una vez en esta web caótica mi atracción por el lado oscuro del ser humano. La televisión sigue dando sus frutos ofreciendo material infame que confirma mis sospechas. No voy a hablar de la crueldad ensanchada del jurado de Factor X, que roza el sadismo, si no de un programa que suele alegrar mi zappeo nocturno últimamente: “El juego de la vida”.
Lo presenta la vasca Emma García, que es como muy pija, ¿no? Vasca pija, de esas que te cae como bien pero no debería. Los concursantes aceptan un interrogatorio, un verdad o mentira, sobre su vida. Las preguntas hijoputescas pueden ir sobre temas sumamente íntimos, de esos que avergonzarían a cualquiera, pero al personal se la suda con tal de llevarse unos euros. El patetismo es tremendo. Delante de la familia, el concursante afirma querer matar a su suegra entre otras lindezas. Se dicen verdades como puños, de esas que hieren, insensatas y brutas, lanzando mierda indiscriminadamente, y algunas cuestiones son realmente surrealistas.
Mis felicitaciones a los guionistas por hacer que un grupúsculo de seres humanos se arrastren por el fango ante nuestros ojos de esta manera, confirmando que estamos rodeados de mentecatos. No obstante, y ahora vamos a apretar el botón de alarma, que gente aparentemente normal acepte hacer un ridículo tan espantoso me hace pensar que son actores, que el espectáculo está preparado, que todo es un montaje, muy bien pensado para dar carnaza al televidente. Y soy uno de ellos, aunque sea esporádicamente. ¡Seré mentecato!