El Sr. Gallardón ya no nos engaña con su rollo progre de postal. Ahora la ha tomado con el graffiti. Vale que algunos advenedizos garabatean chorradas ególatras en las paredes porque sí, por ejemplo en mi barrio de adopción -a más de uno le pediría amablemente que se metiese el spray o el rotulador Edding 800 por el culo-, pero de ahí a tratar a todos como vándalos Creo que hay que saber distinguir entre gamberros sin talento y gente con inquietudes, pero parece que, una vez más, pagan justos por pecadores.

Estoy a favor de los graffitis hechos a conciencia, que alegran la vista. No voy a entrar en si es arte o no, me la refanfinfla. Me parece escalofriante que alguien pinte una caricatura del Sr. Gallardón en un muro y, no contento con intentar borrarlo, lo derribe preso de la indignación ¡Joder, qué poco sentido del humor!

Y escarbo en la red y me encuentro esta bella estampa

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