Inquietante
muy inquietante. Descubro un gusano rojo reptando por la pared de la habitación mientras escribo en el ordenata. Me levanto y le doy la espalda para coger un trozo de papel con el cual capturarlo (soy muy escrupuloso con los bichos, excepto con las mujeres). Al darme la vuelta ya no está, en cuestión de segundos. Busco, rebusco y no lo encuentro. ¿Dónde coño estará? ¿De dónde habrá salido? ¿De qué planeta vendrá? Quizás por la noche quiera entrar en mi cerebro. Dormiré con tapones en los oídos, no quiero ser un ultracuerpo. Si alguien descubre algún otro especimen en su cuarto puede ser el comienzo de una invasión. ¡Una invasión que nos merecemos!