Me ha gustado IRON MAN. No es la bomba, no es lo que esperábamos, nos habíamos marcado muchas expectativas tras degustar los avances vía internet, pero el espectáculo funciona, y bien, con una sobriedad digna de elogio en los tiempos que corren. Lo mejor en temática de superhéroes desde la segunda parte de X-Men. No puede no gustarme empezando como empieza con la música de AC/DC como banda sonora (uno de los pocos grupos de mi lista de indispensables que aún no he visto en directo).
Robert Downey Jr. es un actor excepcional, con esa mirada turbia que le caracteriza, ese cinismo e ironía… Jeff Bridges, casi irreconocible físicamente, es un villano pérfido por encima de la media. Las escenas de acción son escasas, pero efectivas. Muy de agradecer la ensalada de tortazos entre máquinas pensantes que no pudimos ver en la tullida Transformers. Esos deliciosos momentos steampunk, y esa guinda final, que no voy a desvelar, tras los créditos finales…
Se le puede achacar cierta arritmia, le cuesta arrancar, pero si la comparamos con cualquiera de la saga Spider-Man, por poner un ejemplo cercano en el tiempo, el resultado es bastante notable, ¿no?