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Amado Berenguer

Filed under: Garabatos el Martes, 24 de abril

A una semana del Salón Internacional del Cómic de Barcelona nos deja una de las figuras esenciales de nuestra historieta, el gran JOSEP MARIA BERENGUER, un editor indispensable, un amante de la viñetas y de la vida sin cuya lucha esto de los tebeos en nuestro país sería otra cosa. Porque los tebeos, además de dibujarse, deben ver la luz, llegar al lector, y tipos incansables como JOSEP MARIA son los que lo hacen posible. Cabeza de La Cúpula y alma máter de la revista El Víbora, una de las publicaciones más importantes de la historia de la humanidad, así de claro lo digo, ha fallecido con los deberes muy bien hechos. Gracias a su paladar los aficionados al cómic hemos podido degustar las páginas de nombres esenciales del noveno arte, gente como Robert Crumb, Charles Burns, Dave Cooper, Daniel Clowes, Chester Brown, los Hernández y tantos otros. Gracias, maestro, por ser un gran editor, por ser amigo, por esas conversaciones vitales, por todo

El pasado noviembre le dimos un homenaje a BERENGUER en el Salón del Cómic de Getxo, sin imaginar, para nada, lo que acaba de ocurrir hace unas horas. La noticia ha conternado al mundo de las viñetas, en nuestras fronteras y más allá. Desde el verano de 2011 me reunía con él a menudo, en su oficina, para elegir el material a exponer en la oportuna muestra que programamos para redondear el galardón getxotarra. Nadábamos entre originales. Chapoteábamos en nuestra historia del cómic. En la vida. Rescato a continuación un texto sobre El Víbora aparecido con motivo del evento en las páginas de EL CORREO. Va mi particular abrazo escrito, allá dónde esté, a un grande entre grandes.

“LA MEJOR REVISTA”

A partir del año 1979 se produjo un interesante fenómeno en el mundo del cómic en nuestras fronteras. Nació una manera diferente de entender la historieta, más libre creativamente hablando, abrazada a la sátira y a la contracultura. La revista “El Víbora” fue uno de los pilares fundamentales de esta revuelta gráfica que criticaba el sistema y se adentraba en diferentes temáticas al margen de la oficialidad. Los más sagrados tabúes de la sociedad de la época eran dilapidados, entre destellos de humor absurdo, invitando a la reflexión. Los tebeos reflejaban la realidad, la criticaban y huían de ella.

Las páginas de “El Víbora” rápidamente se convirtieron en abanderadas del movimiento underground del cómic nacional, emparentado con el estadounidense, al que también se le fue brindando un hueco. Autores ahora consagrados como Max, Nazario, Gallardo y Mediavilla, Pons, Martí, etc., ayudaron a crear el mito de una revista que ha vivió la evolución de la historieta independiente, nacional e internacional, hasta su llorada desaparición en 2004. Llegó a vender 80.000 ejemplares mensuales hasta caer en unos 6.000, cuyos ingresos no permitían mantener la tirada. El Salón del Cómic de Getxo rendirá un merecido homenaje, con una sugestiva exposición como complemento ideal –con páginas originales de altura-, al editor de la mítica cabecera, José María Berenguer, el hombre detrás del sello La Cúpula, cuyo catálogo cuenta con referencias fundamentales de la historieta más canalla y transgresora, desde clásicos rompedores e influyentes como Robert Crumb o Gilbert Shelton a nombres contemporáneos de lujo como los Hermanos Hernández, Chester Brown, Daniel Clowes, Charles Burns, Peter Bagge, Ralph König o Dave Cooper, entre muchos otros, además de apadrinar hits nacionales: Mauro Entrialgo, M.A. Martín, Calpurnio, Jaime Martín, Paco Alcázar, Juaco Vizuete, Santiago Sequeiros, etc.

“Se podría decir que la llamada  que me hizo un día nublado de enero del 93 el director de El Víbora, José María Berenguer, para que publicase con ellos, supuso algo parecido a lo que puede ser para un futbolista de un equipo regional  que le llamen del Real Madrid”, explica nostálgico el polémico dibujante Alvarez Rabo. “El Víbora” siempre se decantó por la frescura y las nuevas tendencias, apostando por romper con todo desde su primera portada, donde lucía el lema “Goma 2 para el coco”. Unica en su especie tras la desaparición de “Cairo”, “1984”, “Creepy”, “Totem” y demás publicaciones que simbolizaron una época, se empeñó en dar a conocer el mejor cómic alternativo, labor que aún continúa gracias a La Cúpula, una editorial indispensable en la historia del cómic español que sigue su trayectoria editando clásicos de ayer y hoy y nuevos talentos. Los Freak Brothers y otros personajes entrañables como el paranoico Makoki, el delirante Peter Pank, el brutal Ranxerox o el impagable Buddy Bradley, de la serie “Odio”, no habrían respirado desde el papel en nuestro mercado sin la insistencia y existencia de Berenguer, que ya en su momento colocó un reclamo en la portada de su señera revista que auguraba, en parte, su futuro: “Sólo para supervivientes”.

“El Víbora”, paradigma del tebeo underground y la libertad de expresión, símbolo de creatividad sin corsés una vez finalizada la dictadura, cerró sus puertas tras 25 años de andadura. Para Mauro Entrialgo, uno de los dibujantes que creció con la revista y pasó a formar parte de sus filas, el formato perdió fuelle “por la misma razón que no funcionaban como antes la venta de máquinas de escribir o la de discos de vinilo. Lo cual no quiere decir que no pueda ser un negocio la venta de cualquiera de estos productos, pero dirigiéndolos a un público minoritario, y enfocando su producción y promoción en base a ello”. Aceptar el carácter minoritario de la propuesta, con todas las consecuencias, no entró en los planes editoriales. “A muchos lectores no les gusta pagar por una revista de la que solo les interesan unas pocas páginas, que además tarde o temprano saldrán editadas por separado”, sostenía en el momento del fallecimiento viborero su colaborador Paco Alcázar.

Atando cabos, un problema clave en la muerte de la publicación –y de su hermana “Kiss” recientemente”, dedicada al cómic erótico- está en el evidente cambio en los hábitos del público. “La población lectora potencial de El Víbora, compuesta por gente en torno a la franja 18-25 años es mucho menor ahora que hace 10 o 20 años. ¡Hay muchos menos jóvenes!”, advierte M.A. Martín, cuya carrera creció de la mano de La Cúpula y su retoño de periodicidad mensual. Renovar paulatinamente el contenido de la publicación tampoco permitió arrojar luz sobre la tragedia, con lo cual solo quedaba una última opción, conseguir ingresos al margen de las ventas, una alternativa que no era compartida por todo el equipo. “En el mundo en el que vivimos, si una publicación sin respaldos publicitarios ni institucionales no se vende, desaparece y ya está. Es posible que haya gente que opine que el cómic debería echarse en brazos de las subvenciones, como hacen muchos otros sectores artísticos, pero a mí eso no me gusta un pelo, la verdad”, decía Alcázar al respecto, una vez conocida la noticia del fin. “Publicar en la revista española más prestigiosa y premiada de comics fue la mejor forma de divulgar mi trabajo. El Víbora era una revista muy leída fuera de aquí. No sólo  en los círculos del cómic internacional, también entre diseñadores, artistas, etc.”, concluye M.A. Martín. Hasta Mariscal se dejaba ver por sus páginas. “El Víbora” murió. ¡Larga vida a “El Víbora”!

3 comentarios

Comentario by Chema

Hermosas palabras que solo los hombres de verdad merecen.

abril 24, 2012 @ 1:26 pm

Comentario by Óscar Palmer

Chapeau, Borja. Y buen viaje, Josep. Dejás un vacío grande.

abril 24, 2012 @ 1:51 pm

Pingback by Josep María Berenguer: El creador de horizontes

[...] medio público como agradecimiento a la figura de Berenguer. (Manel Fontdevilla, Mauro Entrialgo, Borja Crespo). Incluso en twitter llegó a ser Trending Topic en España durante algunas horas y se creó un [...]

abril 25, 2012 @ 11:49 am

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