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Adiós Moebius, adiós maestro

Filed under: Celuloide,Garabatos el Domingo, 11 de marzo

El mundo del cómic está consternado. Ha muerto Jean Giraud. Nos ha dejado Moebius. Uno de los grandes entre los grandes. Un artista completo, cuya nutrida obra fue objeto de una exposición antológica el pasado año por estas fechas en la Fundación Cartier de París, signo evidente de la importancia de su legado desde un punto de vista artístico, sin prejuicios. Considerado sin reticencias como uno de los maestros indispensables del noveno arte, su nombre está escrito con mayúsculas en las historia de un medio que llora por la pérdida de un referente insustituible. Autores, teóricos y aficionados se sienten huérfanos tras confirmarse la fatal noticia. En el pasado salón de Angoulême ya corrían serios rumores sobre su frágil estado de salud. Finalmente una larga enfermedad se ha llevado a un genio desbocado de imaginería personal y rompedora que ha dejado su impronta por los siglos de los siglos en cuadernos de dibujo, celuloide y viñetas. Puro arte.

Es difícil encontrar, escarbando a conciencia, un artista que satisfaga a gran número de aficionados dentro de cualquier disciplina. En el caso del cómic hay pocos autores que interesen por igual a los seguidores de la historieta europea, los fans de los superhéroes o los lectores profanos, salvo exquisitas excepciones como la pluma de Jean Giraud, alias Moebius, también conocido como Gir, nacido en 1938 en Francia. El adjetivo de maestro casa perfectamente con este dibujante visionario, reconocido internacionalmente, cuyo genial arte ha pergeñado piezas maestras en el terreno de la historieta. Los dibujos del Teniente Blueberry, una de las series más exitosas de la banda diseñada gala, son obra de este prolífico creador francés. También es responsable de “Arzach” y “El garaje hermético” (y su secuela “Mayor Fatal”), trabajos referenciales que cualquier aficionado al cómic está obligado a devorar compulsivamente. Su propuesta más imperecedera quizás sea “El Incal”, con guión de Alejandro Jodorowsky, una arrebatadora historia, cósmico-religiosa, protagonizada por el detective John Difool. Rompió moldes en la década de los ochenta y sigue conservando toda su fuerza. Transcurre en un mundo futuro, cuyo concepto ha influido notablemente al cómic, el cine y la literatura de las últimas décadas.

Moebius, excelente ilustrador de grafismo hipnótico, aportó varios diseños a la película “Alien”, un clásico indispensable del cine fantástico; realizó el story-board de “Tron”, cinta que asentó un precedente en el momento de su estreno; y creó los entrañables personajes de “Willow”, instalados en la memoria colectiva, entre otras incursiones en el campo cinematográfico. Una estancia temporal en Estados Unidos le permitió embarcarse en un proyecto adscrito al género superheroico con guión del inefable Stan Lee, “Estela Plateada: Parábola”, pero antes de tanta agitación creativa el personal autor francés ya había escrito su nombre con buena letra en la historia del cómic con la creación en 1975, junto a Jean-Pierre Dionnet y Philippe Druillet, de la mítica cabecera “Metal Hurlant” y la editorial Humanoides Asociados, esenciales para entender la edad de oro de la historieta y la irrupción del tebeo para adultos en nuestro mercado tras la dictadura. Su visión del mundo ha dejado huella, así como su manera de entender la ciencia-ficción. Es momento de rendir homenaje a un demiurgo de los sueños cuyo torrente de imaginación sigue al servicio de la aventura. Ayer lo decían creadores como Alex de la Iglesia en su twitter: “Se ha muerto una parte de mi vida. Cuando muere un genio que cambió tu forma de entender el mundo, tu propia realidad se tambalea”. Para Santiago Segura “es como si fuera alguien de la familia (o más)”. “Me he quedado de piedra”, añade. “Los que no conozcáis su obra sois muy afortunados, tenéis un maravilloso universo por descubrir”. Hay otros mundos, están en este, gracias a Moebius. Inmortal.

-BLUEBERRY Cuando Jean Giraud se disfraza de Moebius se deja llevar por el surrealismo. Cuando se coloca el sobrero de vaquero da vida sobre papel con estética polvorienta de spaghetti-western al Teniente Blueberry, un personaje clave que surgió de su unión con el guionista Jean-Michel Charlier. El personaje nació el 31 de octubre de 1963 y sus tribulaciones aportaron nuevos aires a la historieta. A la hora de planificar la página se dejaba notar una visión cinematográfica global que enriqueció las posibilidades del medio. Además, las ilustraciones estaban protagonizadas por un antihéroe de dudosa moral que tenía poco que ver con los clásicos del cine del Oeste. “Tormenta en el Oeste”, “El hombre de la estrella de plata”, “Arizona Love” o “Chihuahua Pearl” son algunos de los títulos a tener en cuenta de este buscavidas aficionado a los ambientes en decadencia que se pregunta por el sentido de la vida entre disparo y disparo. -EL INCAL Moebius se alió con el talento de Jodorowsky para engendrar una obra vital en la evolución de la historia del cómic. Ambos artistas, visionarios en potencia, poseedores de una imaginación incontrolable, rompieron moldes en los años ochenta con un cómic notablemente influyente, de brillante estética, cargado de misticismo, que mostraba un mundo futuro alejado de los convencionalismos de la ciencia-ficción tradicional. La historia nos introduce en un campo minado de incógnitas sobre nuestra existencia que se funden con raíces mitológicas. Un planteamiento que soporta perfectamente el paso del tiempo y mantiene latente cierta aura de modernidad. El enrevesado argumento, enmarañado hasta límites insospechados, es lo de menos en una aventura que rezuma espiritualidad de principio a fin.

(publicado hoy en el periódico EL CORREO, aquí sin cortes)

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