La venta masiva de libros de textos en las grandes superficies como si fueran paquetes de cacahuetes y el despliegue torrencial de colorista merchandising para pequeños estudiantes en los supermercados espaciales no son el único síntoma de la vuelta al cole, del comienzo de la nueva temporada tras el parón de la época estival.
Somos realmente conscientes de que el país vuelve a ponerse en marcha cuando enchufamos el televisor y nos tragamos cientos de anuncios de colecciones absurdas de venta en quioscos. Cuando paseamos por al calle y vemos a los quiosqueros sepultados por billones de fascículos con enormes cartones es cuando aceptamos que el mundo funciona de nuevo.
Me fascinan las colecciones por entregas. No conozco a nadie que haya completado una. Puedo contarlos con los dedos de una mano amputada. Es más, soy de los que piensan que la mayoría de estos lanzamientos post-verano no pasan de un puñado de entregas. Vamos, que es imposible acabarlas porque el último número jamás llega.
Este año me atrae especialmente una abracadabrante colección sobre dinosaurios. Entrega a entrega te van dando el esqueleto y piel de un tiranosaurio rex del tamaño de un niño de doce años. “¿Dónde cojones metemos eso?”, pensará más de un padre. Me pilla a mi esta movida de pequeño y alucino pepinillos. Me lo compro todo, monto el dinosaurio y ya tengo un amiguito. El primer número sólo cuesta un euro y te dan la parte superior del cráneo del monstruo, con dientes y toda la pesca. No sé ustedes, pero yo estoy que alucino. Y esto se debe de vender a saco, tropecientos, porque de lo contrario… ¿qué coño andan anunciándolo por televisión?
Amigos, una réplica de uno de los dinosaurios más terroríficos de todos los tiempos al alcance de la mano Mas información sobre tan magno bichejo desmontable a la venta por partes pinchando AQUI.
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***Sí, ciertamente, lo acepto, algunos lo habrán adivinado, me marcó profundamente de pequeño ESTA PELICULA.