Exhibicionista e introvertido a partes iguales, por contradictorio que parezca, Chester Brown firma su mejor obra, provista de una sensibilidad perturbadora, tan atractiva como inquietante. “Pagando por ello”, editada por La Cúpula, es una propuesta no exenta de polémica. Si en “El Playboy” este personal autor contaba sus experiencias como ávido consumidor de la conocida revista para adultos, mirándose al espejo, lanzando una mirada implacable sobre su propia existencia, buceando en su atormentada adolescencia, aquí confiesa sus vivencias como cliente asiduo de prostitutas. Una educación religiosa estricta le convirtió en un inadaptado que, en una clara necesidad de expulsar sus monstruos, limpia su espíritu ejerciendo de genial dibujante de cómic. En esta línea no hay que dejar pasar tampoco el trabajo de su colega Joe Matt, “Consumido”, editado por Fulgencio Pimentel.

Si hay algo importante, algo primordial que defender, cuando se habla de la creación artística, es que el responsable de la obra tenga algo sincero que contar, sea una historia, una idea, una sensación que transmitir… y cumpla bien con su cometido, más allá de su originalidad. “Historias del barrio”, de Gabi Beltrán y Bartolomé Seguí, editado por Astiberri, es un tebeo auténtico, de claro espíritu, iluminado, realizado a dos bandas por sendos talentos del dibujo y la escritura que retratan, viñeta a viñeta, el despertar de un adolescente en la Ciudad de Palma en los años 80. El sexo, las drogas, la amistad… Temas poderosos en manos de este productivo dueto, dos mentes en una que narran con una fluidez poco habitual, sin perder un ápice de cordura y sentido de la diversión, equilibrando perfectamente huida y reflexión.

Para el grueso de la crítica especializada es uno de los grandes títulos de la temporada. “Drive” ha gustado, y mucho, en todo festival donde se ha presentado. En Sitges causó sensación, veremos qué ocurre en la difícil e imprevisible taquilla española, a ver si convence al personal este thriller de acción inusual que remite en su estética al cine de los años 80. Premio al Mejor Director en el último Cannes, Nicolas Winding Refn, cineasta danés reconocido por su visceral trilogía “Pusher”, visualmente poderosa, firma la dirección de un drama bañado en tensión, basado en la novela homónima escrita por James Sallis. Ryan Gosling, a punto de ganar un Oscar en 2006 por su interpretación en la reivindicable “Half Nelson”, encarna a un conductor que trabaja como especialista de cine durante el día y como apoyo automovilístico en robos por la noche. Si algo le gusta a este experto en fugas es estar detrás del volante. Le contratan los mejores directores y los mayores criminales, llevándose una buena tajada. Pero todo cambia cuando conoce a Irene, a quien pone rostro Carey Mulligan, lanzada al estrellato tras brillar en “An Education”. Siempre había querido hacer una película de acción, pero actualmente las películas de acción tienen demasiada acción y dan poca importancia a los personajes”, relata Gosling. “Me gustaba este guión porque tenía un personaje muy fuerte y además la historia de amor también era fortísima. El duro Ron “Hellboy” Perlman y Christina Hendricks, idolatrada gracias a su trabajo en la serie Mad Men, también forman parte del reparto de una cinta llena de virtudes. Las escenas de persecuciones con coches se han cuidado especialmente, utilizando la plataforma biscuit, creada para la película Seabiscuit, más allá de la leyenda”. El director de fotografía, Newton Thomas Sigel -habitual colaborador de Bryan “X-Men” Singer-, lo explica así: Colocábamos el coche encima. De esa forma el actor podía estar en el coche concentrado en su interpretación mientras las cámaras filmaban. Al mismo tiempo, hay otro conductor que conduce el coche pero da la impresión de que es el artista el que está conduciendo. ¡Venga, al cine! ¡Adrenalina!

(Del GPS, sin cortes)