Cronenberg en Donosti
Prácticamente un año después de que la Semana de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián le dedicase, sin su excelsa presencia, una completa retrospectiva y un libro sobre toda su carrera, el personal cineasta canadiense David Cronenberg visita el Zinemaldi con su última película bajo el brazo. Eastern Promises (Promesas del Este) ha inaugurado una nueva edición del festival de cine donostiarra con un elenco de lujo: Viggo Mortensen, Naomi Watts y Vincent Cassel. Este esperado thriller dramático con la mafia como telón de fondo sigue la estela de Una historia de violencia, anterior paso en la filmografía de uno de los directores más controvertidos del cine de habla inglesa.
Cronenberg es uno de los máximos exponentes del cine fantástico de autor contemporáneo. Su ojo tras la cámara comenzó nervioso, con producciones de bajo presupuesto adscritas al gore como Vinieron de dentro de… o Rabia, antes de filmar clásicos de la historia del celuloide como Inseparables o el remake de La mosca. Bautizado por méritos propios como una rara avis en el actual panorama cinematográfico, su firma es una marca de fábrica, a ratos depravada, siempre renovadora, que ha ido mejorando técnicamente con el paso del tiempo, un importante avance hacia su aceptación como cineasta serio, abriéndose a audiencias diferentes.
A partir de la indispensable Inseparables, el trabajo de Cronenberg comenzó a ser mejor considerado por la crítica, hasta su actual status de auténtico gourmet del fantástico, especialista en mostrar el lado oscuro del ser humano. Es capaz de retratar con su cámara la inquietud que corroe el alma humana, casando perfectamente con el ideal de artista que expulsa sus monstruos. Maquina en silencio como diseccionar nuestra existencia. Ordena nuestro caos interior y lo plasma sobre celuloide con inventivas escenas que funden la perversión y la angustia. Es un cirujano de lo imposible, de los miedos y anhelos que se agarran como parásitos a nuestro cerebro, como bien demuestran obras inconfundibles, de mirada intensa y atmósfera desasosegante, de la talla de M. Butterfly, Crash o Spider. Por el camino, experimentos arriesgados como la adaptación imposible de El almuerzo desnudo, la mirada irónica a su mundo de la mano de eXinstenZ, o las impactantes Scanners, La zona muerta, Videodrome…
Cronenberg es, sin duda, uno de los pocos autores de actualidad que mantiene íntegra su identidad, aunque coquetee con el lado más comercial de la industria en trabajos de última hornada como Una historia de violencia, un implacable puñetazo al sueño americano, o la inminente Eastern Promises.