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Tengo un problema

Archivado en: Go Go Girls el Lunes, 8 de Mayo

PortFHM.jpgTengo muchas manías. Algunas incomprensibles. Ultimamente viajo mucho en avión, de aquí para allá, y (casi) me he olvidado de los incontables viajes en autobús de antaño. Sin duda, forma parte de mi aburguesamiento. Antes, subirme al autocar de turno, con un viaje de 5 horas por delante, Madrid-Bilbao generalmente, suponía apagar el móvil, enchufarme el ahora anquilosado discman, inflar la almohadilla para el cuello y tirar millas sobado, como un viejo de vuelta de vacaciones en Benidorm. Ahora me cago en la T4 y pierdo el tiempo de terminal en terminal, rodeado de civilización artificial. Lo curioso es que, para pasar el tiempo a la espera de embarcar, con uno y mil retrasos, siempre me doy un garbeo por la librería. No llevo lectura a cuestas. Y siempre, repito, SIEMPRE, compro la revista FHM. Quizás con la intención de mimetizarme con el ambiente que me rodea, o porque es de lo más barato del quiosco, o yo que sé…

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La revista FHM, y demás publicaciones impresas cuyo reclamo es alegrar el ojo a base de carne neumática, no son para leer. Se miran. Te dedicas a mirar los santos, como diría mi abuela. El número de este mes luce en portada a la televisiva Kira Miró, que está muy rica teñida de pelirroja, y se aleja de la obsesión por pesar cero de nuestros días. La pobre Kira, además de enseñar buena chicha, se dedica a contestar una entrevista de lo más anodina que me tuve que zampar para hacer tiempo, porque el avión se retrasaba más de la cuenta y no estaba por la labor de comprarme otro panfleto de mierda (perdón, quise decir de usar y tirar). Impresionante el nivel de las preguntas, oigan. No dan ni para firmar con pseudónimo. La niña se esfuerza en contestar semejante compendio de chorradas con desparpajo, pero el planteamiento es tan letal que le dejan con el culo al aire, y nunca mejor dicho. Sin embargo, unas páginas por delante le toca el turno a Kristanna Loken, la mala de Terminator 3. La rubia actriz muestra sus encantos antibromuro y responde al cuestionario baboso de rigor, pero la cosa cambia respecto a la intérprete ibérica. Habla de lo excitante que sería besarse a sí misma, y que le encanta el sabor de su sangre, a propósito del rodaje de Bloodrayne, adaptación del video-juego a cargo de uno de los peores directores del momento, al que prefiero no mencionar para no darle publicidad gratuita. Cuenta sus tropelías junto a Michelle Rodríguez, compañera de reparto en la cinta, hartándose de vodka barato de discoteca en discoteca por Rumania. Se jacta de que ningún hombre que haya estado con ella practicando gimnasia sexual se haya sentido decepcionado, que le encanta tener las tetas bronceadas, estar en pelota picada y bla, bla, bla… Sólo tiene, aparentemente, un dato en común con la Miró: ambas afirman que no soportan a un hombre con mal aliento. Vamos, puedes ser un hijoputa pero si te funciona bien el estómago estás por delante de cualquier infraser con problemas gástricos que visite esta web en la lista de posibles pretendientes de esta tierna manceba. Viene todo esto al caso porque me pregunto, una y otra vez: ¿qué hago yo leyendo estas chuminadas probablemente inventadas? Y, sobre todo, porque las reinas de la farándula made in Spain quedan como unas sosas al lado de la cachondas extranjeras. Si hablamos de ellos igual. Hagamos un Colin Farrell vs. Eduardo Noriega, por ejemplo. ¡Qué aburridos somos! ¡Y estamos! (sobre todo en la terminal de un aeropuerto)

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