Wild Things
Una delicia. Así se puede calificar, para no andarse con rodeos, la última película de Spike Jonze, uno de los cineastas más originales y arriesgados del momento. “Donde viven los monstruos” no es un cinta infantil al uso, como no lo es su texto de partida, el cuento escrito y dibujado por Maurice Sendak, un superventas en EE.UU. Estamos ante una propuesta excéntrica, capaz de cautivar a grandes y pequeños a base de aventuras y fantasía sin la necesidad de caer en el tópico. En estas fechas abunda el cine para todos los públicos, sobran los filmes de animación para toda la familia, con lo cual puede ser difícil que una producción tan poco común se abra camino en nuestra cartelera, pero hay que apostar por abrir la mente de los espectadores que dan sus primeros pasos en la sala oscura y ofrecerles la oportunidad de dejarse llevar por un relato fascinante que explora, precisamente, la infancia y los sueños.
La singular “Donde viven los monstruos” tardó en estrenarse. No sabían bien cómo venderla, como suele ocurrir cuando un filme es arriesgado y diferente. Jonze tuvo que rodar nuevos planos y remontar la película para terminar de convencer a Warner. El primer fin de semana de su estreno logró superar las expectativas, alcanzando la cifra nada desdeñable de 35 millones de dólares. El director de “Adaptation” ha conseguido así cumplir con el sueño de adaptar su cuento favorito. Mi madre me lo leyó cuando tenía cuatro o cinco años, señala. No recuerdo en qué habitación estaba; no recuerdo exactamente dónde estábamos, pero sí claramente los dibujos y su voz cuando me leía aquellas palabras. La obra de Maurice tiene algo que te seduce, entras en el mundo que ha creado y te conviertes en el protagonista. Siempre he adorado ese libro. El travieso Max lleva el peso de la historia. Se siente incomprendido en casa y por ello se refugia en su imaginación, viajando a una isla donde habitan extrañas criaturas, un lugar mágico donde el niño será nombrado rey, una tarea más difícil de lo que parece.
¿Quiénes son los monstruos?”, se preguntó Jonze en los inicios del proyecto. “Son las emociones descontroladas. Cuando yo era pequeño, me asustaban mucho las emociones incontenibles, mis propias emociones incontenibles y las emociones de las personas que estaban alrededor de mí. No las comprendes y son fuertes e incontrolables. En cuanto se me ocurrió la idea, me pareció muy obvio e inherente a lo que había creado Maurice. Los monstruos son a la vez una metáfora y una manifestación física de la olla a presión que contiene las emociones que un niño pequeño puede experimentar: felicidad, ira, afecto, soledad, alegría, frustración y tristeza. A veces, algunas de ellas colisionan.
CINEASTA RARA AVIS En realidad se llama Adam Spiegel, pero un buen día decidió que el nombre que le daría la fama sería otro. Antes de saltar a la pantalla grande, Spike Jonze se labró una brillante trayectoria filmando videos musicales para artistas como Beastie Boys, Dinosaur Jr., Sonic Youth, Björk, Daft Punk y un largo etcétera. Creador del transgresor programa de televisión “Jackass, actor ocasional en cintas como “Tres reyes”, con “Cómo ser John Malcovich” y “Adaptation” el inusual Jonze se ganó la etiqueta de autor, despuntando en un panorama cinematográfico donde apostar por nuevas estéticas y no dejar indiferente al espectador no siempre recibe recompensa. Fue pareja de Sofia Coppola, que le lanzó alguna que otra puya en “Lost in Translation” (el tontorrón noviete de Scarlett Johanson está basado en su persona).
Texto rescatado, tardíamente, publicado en EL CORREO. De paso recomiendo pinchar en ESTE ENLACE, donde hay un artículo con algunas declaraciones de mi cosecha, hablando de la oscuridad de algunos títulos realizados supuestamente para el público infantil, con la excusa del estreno de la película. Los comentarios son tremedos