Zombies made in Spain
Hace cerca de una década el realizador Elio Quiroga sorprendió a los seguidores del celuloide fantástico con una delirante película que despertó un aluvión de filias y fobias tras su estreno dentro de la Sección Oficial del festival de cine de Sitges. La prensa allí congregada no daba crédito al espectáculo orquestado por el, por aquel entonces, debutante realizador canario. Su opera prima, Fotos, planteaba una espinosa cuestión: ¿está hecha así a propósito o es un soberano disparate? La rueda de prensa que tuvo lugar tras el primer pase de la cinta fue de las más concurridas del evento catalán y los piropos del mismísimo Quentin Tarantino, que pasaba por allí como productor de la olvidable Tú asesina, que nosotros limpiamos la sangre, terminaron de endosar la etiqueta de culto a una propuesta que, a día de hoy, sigue sin dejar a nadie indiferente.
Quiroga regresa a las pantallas este mes con un nuevo proyecto, La hora fría, filme visto en Sitges en 2006. Ha pasado mucho tiempo desde Fotos, su polémica puesta de largo, con lo cual el siguiente paso en su filmografía era muy esperada por la crítica especializada tras el revuelo montado en el inicio de una trayectoria cinematográfica que apuesta claramente por el cine de género. Con un presupuesto más que modesto, cuestión que no quita que haya más de 300 planos con efectos digitales, La hora fría plantea una situación post-apocalíptica. Una pequeña comunidad de personas, entre las que hay niños y mayores, intentan sobrevivir en un refugio aislado, en unas instalaciones inhóspitas, tras la última Gran Guerra, un mastodóntico conflicto bélico a nivel mundial que ha arrasado con todo. Las armas químicas han devastado el planeta, convirtiendo a los seres humanos en una especie de muertos vivientes. Los supervivientes viven en un continuo estado de alerta. La comida escasea, necesitan urgentemente medicinas, municiones y víveres, pero para encontrar la materia prima deben abandonar el área segura donde se encuentran. Las amenazas que les rondan pintan mal. Aparte de los Extraños, nombre que asignan a los terribles zombies, también se ciernen sobre ellos los Invisibles: espectros que habitan en la zona, cuya presencia se asocia un acusado descenso de la temperatura. Es la Hora Fría.
Silke, Carola Manzanares, Jorge Casalduero, Julio Perillán, Pepo Oliva y Pablo Scola son algunos de los nombres que nutren el reparto de una propuesta poco habitual en nuestro cine, que no oculta sus fuentes de inspiración: la serie de películas de muertos vivientes firmadas por George A. Romero y algunos video-juegos de éxito. La cinta ha podido verse en diversos festivales internacionales, entre ellos el portugués Fantasporto y Pifan, en Corea del Sur. Quiroga rodó en algunas instalaciones del Ministerio de Defensa y contó con el apoyo de La Huella FX en el apartado de efectos visuales. Mediante la tecnología digital se ha conseguido crear, desde el vaho del aliento de los actores, originado por el gélido fenómeno que da título a la película, a las criaturas monstruosas que les aterrorizan, pasando por la fusión de imágenes rodadas en Canarias y la península, e incluso la creación de decorados.
“Es una película de terror y de ciencia ficción, un thriller”, explica el director, que ya tiene bajo el brazo otro título de género, No-Do. “Es un montón de cosas. Es una película que quiere dar miedo a la gente, que se pasen un rato de acojone y que a la vez pueda sorprenderles. Tiene muchas sorpresas escondidas”. A pesar de sus notorias carencias en su apartado presupuestario, La hora fría se deja ver. Su mixtura de terror y ciencia-ficción, inusual por estos pagos, es digna de aplauso, aunque funcione a ráfagas y cuenten con un irregular casting, lo peor de una curiosa muestra autóctona de amor al cine fantástico. “Fotos es la primera película de alguien que viene de la publicidad y el vídeo experimental, una salvajada, y eso la hace especial”, cuenta Quiroga. “No sé si esta película será igual de controvertida, pero es otro tipo de obra: esto es género y en el género hay que respetar las reglas. En Fotos también jugué con las reglas, en aquel caso del melodrama, pero para romperlas y hacer malabarismos con ellas”. En este caso, las cosas son diferentes. Pasen y vean.
(del EVASION)