Vuelta a Madrid, a la realidad. De entrada la ultracorrección política llama a la puerta. Hasta la polla. El tema del secuestro de la revista El Jueves, ya muy mascado, nos recuerda que vivimos en un mundo de hipocresía a mansalva, de indocumentados que van de lo contrario, de aburridos sin sentido del humor, de fachas disfrazados de progres, de mentes retrogradas… Un coñazo, vamos. Veremos cómo se suceden los acontecimientos, hoy mismo tienen que declarar los inculpados, cuestión que, ya de entrada, me parece de risa en pleno siglo XXI. Desde aquí mi apoyo a Manel Fontdevila y compañía. Esta maniobra asienta un precedente. Aunque todo quede en agua de borrajas, la autocensura gana puntos. Agárrense que vienen curvas. La libertad de expresión está herida. ¡Herida!
Como balance del FIB, comentar que el festival ha cambiado notablemente, y ahora es MUNDOGUIRI. 70 % de ingleses, franceses e italianos. Sobre todo ingleses veinteañeros, que van a pillarse una papa de escándalo y ya están tirados por las campas a las 5 de la tarde totalmente mamaos (hablo como un viejuno, ja ja!). Dejan todo lleno de mierda, como una legión de orcos, y prontito a la tienda de campaña a dormirla, con lo cual a altas horas de la madrugada ya no hay casi ambiente ni el mogollón habitual en las carpas de baile. Esta nueva situación nos permitió disfrutar de Dinosaur Jr. en primera fila, todo un lujazo, pero a cambio casi me hostio con un borracho patético de esos que sudan la gota gorda y deciden quitarse la camiseta y hacer el ortofreak tambaleándose mirando para todos lados menos para el escenario. Lo que se dice un OBSTACULO visual móvil con ganas de joder la marrana.
Me calienta la peña que no sabe estar en un concierto, que no sabe comportarse ni respeta el espacio vital. Hay unas reglas que cumplir, aunque se esté rodeado y pegado a gente: no empujar porque sí, esconder los codos para no joderle a alguien con un mal golpe, ayudar cuando ves a alguien ahogándose, etc. etc. También es cierto que no hubo altercados sonados en el FIB. No-violence.
Aparte del trallazo de Dinosaur Jr. (el gran J. Mascis, ese indómito guitar hero meta-nerd), disfruté sobremanera con MUSE, un espectáculo audiovisual de primera. El público entregado. Uno de los momentos más heavies del FIB. Para el año que viene a ver si llevan a AC/DC.
A destacar también Antony de Johnsons, performance que, por circunstancias vitales, viví con especial intensidad. El tío, poseído sobre el escenario como un autista genial, se marcó una versión del Crazy in Love de Beyoncé, el tema más versioneado del FIB: la Terremoto de Alcorcón también nos deleitó con su peculiar adaptación. Con ella compartí jurado, con Phibes (en su flog ha colgado varias fotos del evento, aunque no salgo en ninguna, ja ja!!), Lourdes Castro y Eloy Azorín. El fallo fue unánime, podéis verlo AQUÍ.
Flipé también con la extrema delgadez de Amy Winehouse, que movió al personal a tope con ese vozarrón capaz de cautivar a un muerto. Con los Arctic Monkeys casi hubo desmayos, fue uno de los momentos cumbre del festival, con llenazo total, pero a mi es un grupo que no termina de llenarme, la verdad, aunque resulta de lo más curioso ver a chavales con acné dándolo todo guitarra en mano (y menuda gozada que grupos así triunfen en el Reino Unido, mientras aquí tenemos a El Canto del Loco). Al igual que mola ver a cincuentones como Devo o B 52´s transmitiendo una energía apabullante, por no hablar de Iggy Pop. Fangoria, Whomadewho, The Hives, Klaxons… Good vibrations!!!
Gracias a Manuel Lechón Co. Por tratarnos como no nos merecemos. Un abrazo desde aquí… ¡y hasta el año que viene! (por cierto, ya están requeteconfirmados los rumores de que también habrá versión del FIB por el norte, que tiemble el BBKLIVE)
Fotos cortesía de Manuel Bartual