Más vale tarde
que nunca.
La he visto tarde, sí, pero ha merecido la pena. BE KIND REWIND me ha hecho reír, y mucho, sobre todo en su primera hora. Es un canto al cine de entretenimiento sincero y entrañable, una película que homenajea el cine de los 80 fotocopiando su estructura, añadiendo toques imaginativos magistrales, a ratos desternillantes, que es mejor no desvelar para disfrutar de la original propuesta en todo su esplendor (impresionante el momento Ghostbusters, hasta Jack Black no resulta insoportable). En su desenlace pierde ritmo y se vuelve excesivamente moña, cuestión que no empaña su impacto, directo a la memoria colectiva, al amor por el celuloide. Una cinta de culto consciente de serlo, que rinde pleitesía a una década de fotogramas y palomitas con la que muchos crecimos. Corriendo a verla todo aquel que aún no haya degustado esta oda al cine como arte, como entretenimiento, como negocio y filosofía de vida.
Que a nadie se le ocurra ir a ver, por el contrario, UNA NOCHE PARA MORIR, un slasher insípido e infantil, sólo para mentes púberes reprimidas, de colegio de curas. No sólo es más de lo de siempre: es sumamente aburrida, con menos gracia que la nueva mesa de CQC. Descafeinada a más no poder, con cero ketchup, cero tensión y cero espectáculo. Uno sigue sin entender por qué estas películas putimierdosas son número 1 en USA. Bueno, si puedo llegar a entenderlo, pero quizás no quiero, porque aún aprecio el género… y la raza humana (bueno, esto último a ratos).
P.D.: por cierto, hoy lunes por la mañana me veo la última de INDIANA JONES