cunia cine comic y otras hierbas

De culto

Archivado en: Celuloide el Viernes, 3 de Noviembre

Brick 3.jpg¿Qué hace que una película se convierta en objeto de culto? Podemos encontrar diferentes razones, la primera de las cuales es evidente: que sea una rareza que encandila a un determinado tipo de público, fanático de un género en concreto –generalmente el celuloide fantástico-, o el cine en general, entendiéndolo como una pasión tan enriquecedora como obsesiva. El culto a un filme crece con el paso del tiempo. Quizás es un título que nunca llegó a estrenarse, con lo cual era difícil de encontrar, antes de los tiempos del eMule. Probablemente cuando visitó las salas pasó desapercibido, sin pena ni gloria, hasta que alguien decidió reivindicarlo a conciencia en algún medio especializado o fanzine con enjundia, ensalzando sus virtudes –La parada de los monstruos, de Tod Browning, es un buen ejemplo-, o sus entrañables defectos –ahí está Plan 9 from Outer Space-. No son pocos los cinéfilos que veneran una cinta que nunca han visto, de cosecha reciente o antigua, lo que da pie a grandes decepciones, pero no hay duda de que, mientras existan voces cinéfagas que unen sus fuerzas para sacar del ostracismo fotogramas malditos, el sello “de culto” vende. De hecho, hoy en día, gracias a la revolución de Internet, la fama de este tipo de piezas elegidas para la gloria corre como la pólvora, hasta el punto de que algunas producciones reciben la etiqueta de cult movie poco después de ver la luz, aunque casi nadie haya podido degustar la propuesta. Los blogs de los internautas marcan modas y anticipan información que se maneja a una velocidad pasmosa.

Brick 1.jpg

Una cult movie gana puntos si cuenta con un presupuesto modesto, encuentra dificultades en su estreno y es una opera prima, al margen de que su fondo y forma ofrezcan algo diferente o alocado, porque el delirio también es un ingrediente importante, aunque la pieza en cuestión sea pelín plomiza cinematográficamente hablando ¿Un caso? Rocky Horror Picture Show. Centrándonos en lanzamientos más cercanos, en 2001 se estrenó Donnie Darko, un relato fantástico con regusto ochenteno que convirtió a su joven director, Richard Kelly, en un cineasta a tener en cuenta que parece haberse estrellado con su segunda película, Southland Tales, aún inédita en nuestras pantallas. Protagonizada por Jake Gyllenhaal antes del éxito de “Brokeback Mountain”, la cinta presentaba a un adolescente perdido con enigmáticas visiones en las que se le aparecía un extraño conejo gigante llamado Frank que le explicaba con voz de ultratumba que el mundo llegaría pronto a su fin. La película no fue bien recibida en las salas, pero el boca a boca y la edición en DVD le catapultaron como una de los filmes de culto más emblemáticos de los últimos tiempos.

Brick es uno de los títulos que suena como sucesor del culto a la obra de Kelly, aunque aún no ha salido de EE.UU., su país de origen. El ciberespacio ya ha encumbrado el debut en formato largo como director de Rian Johnson, montador de la terrorífica May. Ganadora del Premio Especial del Jurado del Festival de Sundance 2005 y nominada en la pasada edición de los Independent Spirit Awards, Brick, anunciada como “una película de detectives”, ha recogido con fuerza el testigo de Donnie Darko, gracias a los elogios de la crítica y los aficionados a un cine diferente. Su máximo responsable tardó cerca de cinco años en levantar la producción de un ejercicio de auténtico cine negro en el marco de un instituto americano. La obra del personal de David Lynch, clásicos de la historia del séptimo arte como El halcón maltés o El sueño eterno y referencias a la novelas de Dashiell Hammett y Raymond Chandler se dan la mano en una propuesta original y entretenida que ya ha sido definida en la prensa como “la más refrescante vuelta al género desde Reservoir Dogs.

El film de Johnson describe las pesquisas de Brendan Frye (Joseph Gordon-Levitt), un perspicaz estudiante de instituto del sur de California que prefiere mantenerse al margen de todo lo que ocurre a su alrededor hasta que su ex-novia, Emily (Emilie de Ravin), vuelve a irrumpir inesperadamente en su vida, al parecer con serios problemas, para desaparecer sin dejar rastro poco después. Obsesionado con saber qué ha sido de ella, aún enamorado, Brendan se embarca en una peligrosa búsqueda en la que cuenta con la ayuda de su amigo Brain, el cerebro (Matt O’Leary). Un oscuro misterio se construye sobre una serie de señales, aparentemente irrelevantes, con giros y pistas falsas que llevan a un clímax sorprendente. El protagonista descubre en su periplo como investigador aficionado oscuros secretos que envuelven a sus compañeros de aula. En la piel de un Bogart de instituto, penetra en un mundo extraño poblado por personajes como Laura (Nora Zehetner), una sofisticada niña rica, el matón Tugger (Noah Fleiss), el yonqui Dode (Noah Segan), la seductora Kara (Meagan Good) y el siniestro The Pin (Lukas Haas). Una suerte de Chinatown con toques de Terciopelo azul donde su director a tomado un género harto revisitado, el detectivesco, situándolo en el marco de un filme de estudiantes, también un manido cliché, para pergeñar una obra rompedora que arroja luz sobre el raquítico panorama cinematográfico actual, aquejado de una notable falta de ideas.

Brick, clásica y moderna a un mismo tiempo, revelándose como un cruce entre el cine independiente americano y los clásicos del cine negro, visita nuestra cartelera en breve, pero antes ha sido vista en festivales como el de Sitges, donde participó a concurso en la Selección Oficial Fantastic.

Planeta enfermo

Archivado en: Garabatos el Jueves, 2 de Noviembre

Ghost World.jpgEl cómic sigue aportando obras inquietantes a la cultura popular contemporánea. Daniel Clowes, uno de los dibujantes más importantes de la escena independiente americana, cautiva al lector con una obra personal que refleja la realidad con destellos de surrealismo.

Clowes ilustró el cartel de Happiness, el golpe al sueño americano perpetrado por el reivindicable cineasta Todd Solondz. No es de extrañar: los personajes patéticos que protagonizan la película parecen extraídos de las viñetas de Eightball, David Boring o Como un guante de seda forjado en negro, obras clave del tebeo alternativo de los últimos tiempos. Su autor esgrime una peculiar imaginería cáustica plagada de referencias iconográficas a la cultura basura, los filmes de culto y las series de televisión. Su visión perturbadora, encauzada en una rica variedad de registros estilísticos, retrata músicos decadentes, mujeres fatales, superhéroes de postal, marcianos estrambóticos, jóvenes inadaptados, mentes deformes y seres atormentados. Una fauna de lo más esperpéntica, tan entrañable como odiosa, fiel reflejo de la sociedad moderna. Todo puede tener cabida en el planeta enfermo modelado por Clowes, incluso una crítica a la profesión que le da de comer. Atentos a las tribulaciones de Pussey, un dibujante de cómics que se cree un auténtico genio mientras permanece en el más triste anonimato.

Ghost World es el álbum más conocido de Clowes, una visión arrebatadora del despertar de una adolescente que descubre, muy a su pesar, que no es como los demás humanos. Dio lugar a una versión en celuloide, más amable, dirigida por Terry Zwygoff, responsable de la reciente Art School Confidential, también basada en una historieta de este excelente cronista de las vidas enfermizas de aquellos individuos que no encuentra su sitio en el mundo. Actualmente escribe el guión de la próxima película del genial Michel Gondry.

(columna dominical de EL CORREO rescatada)

Anotaciones Posteriores