30 días de jaaaaaaaaaaarl !!!
Sin más, ni fu ni fa la adaptación del cómic 30 días de noche. Para pasar el rato, con el cerebro en modo hibernando. Tampoco el material de partida era espectacular, todo hay que decirlo. Cierta originalidad en el planteamiento y un regreso a las raíces del miedo que, de vez en cuando, viene bien para airear el género.
Se agradece que los vampiros sean unos cabronazos retorcidos, y esas dosis de gore sobre la nieve. Contrastan bien el rojo y el blanco, ¿no? Hoy en día no es fácil ver tanta hemoglobina y hachazos explícitos en una cinta comercial.
30 días de oscuridad confirma que David Slade, el hombre que firmó la fachosa Hard Candy, engañando al personal disfrazando de modernidad un mensaje políticamente correcto con olor a naftalina (me suena de algo), no tiene mucho que ofrecer más allá de cierto oficio de artesano adaptado a los tiempos.
El final es bastante prescindible, uf
Aprovecho para rescatar una columna que escribí recientemente sobre el cómic para EL CORREO:
El cómic de terror funciona estupendamente a tenor del aluvión de títulos que invaden las librerías. Ben Templesmith es uno de los autores más aclamados del tebeo de horror actual.
Entre tanto título poblado por fantasmas, monstruos y muertos vivientes, Ben Templesmith se ha convertido, gracias a su personal estilo gráfico, en el estandarte del nuevo cómic de terror. Su expresiva estética, una combinación entre la ilustración y los efectos digitales, es inconfundible. Con el guionista Steve Niles realizó “30 días de noche”, el tebeo que le dio a conocer, toda una sorpresa a nivel mundial que tocaba un tema recurrente: el vampirismo. La historia transcurre en Barrow, un pueblo al norte de Alaska donde sus habitantes viven un mes de oscuridad ininterrumpida. Un clan de siniestros no-muertos toma el lugar, el marco ideal donde instalarse. Dado el éxito de la propuesta, no tardó en llegar la secuela, “Días oscuros”, la continuación de la cruzada contra los chupasangres, esta vez en las calles de Los Angeles. La adaptación al cine ya es un hecho bajo la producción de Sam Raimi.
El trazo nervioso de Templesmith y la oscuridad angustiosa que transmiten sus dibujos pueden verse también en la serie “Buffy Cazavampiros”, “Hellspawn” y “Silent Hill”. “Singularity 7” y “Wormwood” son obras de su cosecha con guión propio. Junto a Niles, que ha seguido firmando más entregas de “30 días de noche” aprovechando el filón, creó a Cal McDonald, un investigador de lo paranormal especializado en exterminar criaturas del más allá. Esta suerte de John Constantine puesto de ácido ha protagonizado aventuras para no dormir como “Criminal Macabre” o “El último tren a Deadsville”.