Criatura (im)perfecta
Pudo verse en la última Semana de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián esta cinta rodada en Nueva Zelanda que mezcla terror y ciencia-ficción con excesiva algarabía. LA CRIATURA PERFECTA presenta un mundo paralelo al nuestro, un universo alternativo en el cual vampiros y seres humanos coexisten desde hace tres siglos. Un experimento genético desencadenó una oleada de enfermedades y creó una nueva raza, los Hermanos, una mutación provocada por un virus que sólo se manifiesta en los varones. Son seres superiores, física y mentalmente, que, a cambio de preservar la vida humana, de ejercer como guardianes, piden sangre como alimento vital. Tan armoniosa relación simbiótica se rompe cuando un renegado del clan rompe el pacto y se dedica a cazar hombres. El orden se ve amenazado y el viejo mito del vampiro reaparece.
La criatura perfecta se basa en la creencia de que, durante el siglo XV, un alquimista descubrió el alumbramiento de un nuevo ser: un bebé que mamaba sangre en lugar de leche. A partir de esta premisa, Glenn Standring, director y guionista del filme, ha escrito una historia enmarañada, que pretende dar una nueva visión sobre la leyenda de los no-muertos chupasangres, pero se pierde en el camino. En su afán de buscar cierta originalidad en su propuesta, el cineasta neozelandés fusiona el cine de terror con la fantasía futurista, quedándose únicamente con los topicazos de cada género. El resultado es, por tanto, previsible y cansino, a la par que confuso. Demasiados ingredientes para una sola cazuela. Además, el guisado no está condimentado con unos efectos especiales de calidad, cuestión que no ayuda precisamente a captar la atención del espectador exigente.
(del último GPS, aquí enterito sin recortes)