Déjà vú 2007
Noche rara la fin de año, como todos los años… Se pasa rápido, llueven los besos y abrazos. Al día siguiente, lo mismo de todos lo años, como si hubiese habido un viaje en el tiempo y volviésemos a un mismo punto. Resaca salvaje (algunos, yo no, gracias a mi superpoder), cansancio brutal (yo y mis esguinces), y leve depresión, viendo que hay que ponerse a currar a tope de nuevo tras unos días, pocos, de cachondeo en cachondeo, con la tripa demasiado llena y la cabeza dando vueltas, vueltas y vueltas.
Nos tomamos el nuevo año como si el mundo se parase unas horas y todo volviese a empezar… pero todo sigue igual. Aún así, yo también soy de los que he puesto algunos contadores de mi vida a cero, ¡qué cojones! (como si sirviese para algo, ja ja!!!)
Veo sobre mi mesa un año goloso por delante, sin apenas haber echado a andar. Seguiré con mis 4-5 páginas semanales para El Correo y Grupo Vocento, y la columna dominical, hablando de cine y tebeos. Ya casi he ultimado el clip de Atom Rhumba (probablemente el mejor que he hecho hasta ahora) y ya estamos preparando uno de Deluxe. En breve me esperan festivales como el de Málaga o Avilés, donde ayudo donde me dejan, y parece que el Salón del Cómic de Getxo puede apuntar mucho más alto en 2007. Seguiremos peleando por Arsénico: Koldo estrena por fin la peli en febrero, momento en el que Nacho ya tendrá la suya en la última fase de post-producción. Cobe ya anda preparando la suya (mientras vive nervioso la posibilidad de entrar en los Oscar). Por mi parte, mientras el guión de Rubber Flesh coge cuerpo, espero rodar por fin algún nuevo corto antes del verano, al margen de las liadas que surjan sobre la marcha
Además, mi nuevo tebeo espera algún día ser terminado (creo que avanzo a razón de una página por trimestre, ja ja!!!). En unos días sale una nueva revista de cómic para quioscos, El Manglar, donde cuento con una doble página escrita. Ya toca hacer un nuevo guión para Quevidamastriste.com, y hace poco me han llamado para participar en La noche Sundance, un programa de televisión donde hablaré, junto a otros juntaletras como Jesús Palacios, de películas como Old Boy (gracias por contar conmigo, Adrián). Me guardo alguna sorpresa para más adelante. Y habrá que dar más vidilla a este blog, que últimamente está bastante caótico, la verdad…
La fiesta de Nochevieja en el Fever bilbaíno estuvo bien, pero faltó mucha gente con la que apetecía estar. Phibes cuenta con imágenes la experiencia AQUÍ, aunque a mi personalmente me costó más que a él disfrutar de la pinchada. Cuando (casi) es más un trabajo, y pones música para una mayoría que desconoces, ya no es lo mismo, incluso asusta. Creo que el asunto se nos va un poco de las manos. Yo no soy DJ, ni quiero serlo. Me mola poner música para los colegas, así empezamos, pero tener que ponerse aún más verbeneros (lo somos bastante) porque la mayoría del personal sólo conoce la música de las radiofórmulas, a mi no me hace mucha gracia, por mucho que me llene el bolsillo. Lo mejor fue el tramo final, cuando pinchamos a cuatro manos y acabamos con los Monty Python… A mi me tocó calentar la pista tras un concierto bastante fuera de lugar para mi gusto (y el del grueso del gentío). Este viernes si que va a ser la bomba, mientras los contadores de mi vida ya han vuelto a echar a andar descontrolados… (ya he tirado por tierra dos de mis propuestas para el nuevo año: no ejercer de DJ en plan profesional y salir menos)