Lee tebeos, mamón
Cansados estamos algunos de recomendar cómics a colegas que no leen nunca tebeos, tachándolos de infantiles la mayoría de las veces, pero se quedan ensimismados ante las posibilidades del medio cuando te gorronean la biblioteca.
La cosa es así. Lectores no habituales de historietas, que ignoran las viñetas sin saber muy bien por qué, se quedan enganchados al arte secuencial en cuanto les prestas encantado de la vida un par de títulos convenientemente seleccionados. El tomo Píldoras azules es infalible en este sentido, por su temática adulta y conmovedores dibujos. Su autor, Frederik Peeters (del que también está disponible en nuestro mercado la serie Lupus), poseedor de un grafismo excepcional, expresivo y directo, desgrana las vivencias de una pareja azotada por el virus VIH. Con claros tintes autobiográficos, que cantan al romanticismo y esquivan la muerte tras mirarla de frente, este joven dibujante suizo retrata el amor en los tiempos del sida, mostrando la convivencia de su álter ego de papel con una mujer seropositiva y su hijo de tres años. Sin sensiblerías de manual, alardeando de una sencillez pasmosa, las 200 arrebatadoras páginas en blanco y negro de esta laureada obra calan el alma gracias a su inusual optimismo, impropio de un tema tan espinoso. Una novela gráfica sugestiva y emocionante, que únicamente peca de cierta precipitación en su desenlace. Tanto Código Da Vinci y tanta tontería, el personal se pierde lo realmente bueno.
(Columna rescatada de EL CORREO)