Estado policial
Me cagué en los niñatos que juegan a ser chicos malos como quien hace rafting, puenting o trekking, pero ahora todos se han ido de Malasaña, y han dejado un tremendo regalo: cientos de picoletos. Los hay a millares en cada esquina, observando como nos tomamos unas copas en cada bar a modo de expansión agropecuaria.
Malasaña esta sitiada. Coches patrulla y munipas con casco desafiando a la peña con ganas de esparcir su espíritu escuchando música de moda. ¿Pero esto qué es? Vuelvo a casa y siento que voy a dormir con un madero. Me espera debajo de las sábanas. Los hay a millares en cada esquina, como si aquí los Soprano ejerciesen su derecho a montarla. Mientras, en Huertas, los pijos se ponen ciegos a chupitos 2 x 1 mientras nadie les dice nada.
Me cago en todo.
GORA MALASAÑA ASKATUTA!!!